Prometía mucho el Concurso
Internacional de Ideas de Reordenación del Frente Fluvial de Tuy, pero la
criatura, tras un parto obstinadamente obstaculizado, nació desfallecida. Sin el
vigor necesario siquiera para cruzar el río.
La baja cuantía de los premios: 18.000; 8.500 y 3.500 euros, no era
reclamo bastante para convocar la participación de urbanistas-paisajistas de
cierto reconocimiento. El anunciado concurso internacional devino, pues, no
solo comarcal, sino doméstico. Más garantías habrían ofrecido el incrementar un
poco la dotación económica de partida de 50.000 euros y contratar un especialista reconocido en esta disciplina.
En general, las propuestas carecen
de verdadero interés, quedando patente la bisoñez propia de la inexperiencia
profesional, carencia que con indeseada frecuencia se trata de encubrir con
textos impregnados de retóricas
pretenciosas y empleo de vocablos inexistentes en el diccionario de la lengua (adicción
pedante muy común en esta profesión) cuya finalidad no es otra que el tratar de
impresionar al profano.
Imágenes de dos propuestas |
Aprecio errores en la incorporación de elementos de gran impacto
paisajístico y de distorsión con el contexto arquitectónico del casco histórico,
que no pasarían el filtro de Patrimonio, como, por ejemplo, la incorporación
de torretas exentas para alojamiento de ascensores de comunicación de la
ciudad con el paseo fluvial; desmedidos graderíos de hormigón que imprimen dureza al borde de ribera y rivalizan con la entidad pétrea de las murallas; o innecesarias plataformas-miradores elevadas que se adentran abruptamente en el
río, como en el caso del trabajo, distinguido
con el segundo accésit, titulado, “Tui … de Balcones y Salones”. Tui ya es un
balcón natural al río (o a un paraíso, en descripción de Unamuno), como para
necesitar de otros de difícil integración en el medio. Sin embargo, la mayoría
de los concursantes apenas reparó en el mirador de la Alameda, supongo que por desconocimiento del terreno, atalaya
desde la cual se dispone de la más amplia y completa panorámica posible,
aunque parcialmente cegada por esa espesa cortina arbórea silvestre en la zona de ribera, y que
la mayoría de los concursantes despacha sin mayor tratamiento que la
escueta denominación de humedal. Tampoco considero acertado convertir el paseo
fluvial, lugar al que acude la gente en busca de placentera armonía y paz, en
un parque temático, sembrando indiscriminadamente el recorrido de bulliciosas
instalaciones recreativas, que perturbarían el reconfortante sosiego que
transmite la naturaleza. Sin duda, dichas instalaciones son un atractivo a
mayores, y tienen cabida, pero su lugar está en los extremos del
recorrido, no de manera salpicada, si se
pretende preservar la gratificante quietud del medio natural.
Consecuentemente, de entre todas las propuestas, la ganadora: “Márxes
líquidas”, ha sido la menos intervencionista, con arreglo a la máxima que
premia sabiamente las actuaciones
mínimas por prudentes (la naturaleza es medio muy agradecido a poco que se
adecente). Pero la importancia del ámbito y los objetivos merecen y demandan
algo más.
Panorámica desde los jardines de la Alameda |
Vista restringida del río Miño desde la Alameda |
Vista Este hacia el río y vega portuguesa cegada por la arboleda |
Cortina arbórea silvestre que impide las vistas Este y Norte del río |
Sea como fuere, la principal virtud del concurso es la de haber reclamado
la atención política sobre la necesaria y conveniente ordenación y
embellecimiento de las márgenes del río Miño a su paso por Tui. Este proyecto
redundaría en la calidad de vida local, y contribuiría a realzar la belleza del
entorno, y a fijar por unos días el turismo que hoy día solo es de paso. El
principal obstáculo que presenta esta trascendente idea es su financiación;
máxime cuando existen un buen número de infraestructuras y actuaciones
pendientes imprescindibles para salir de la situación de duermevela que atenaza,
cual maldición, a esta singular ciudad.
José Antonio Quiroga Quiroga
NOTA. Cierto día le sugerí a un concejal del Gobierno anterior que
colocase la señal de Vista Panorámica a
la altura de la Iglesia de Santo Domingo, para orientación de visitantes y
potenciales pregoneros de Tuy. Tomó nota por escrito, pero, hasta el presente,
no se llevó a cabo.
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