martes, 13 de septiembre de 2022

El enredo del parking al descubierto

          No hay claridad ni firmeza en las manifestaciones del alcalde de Tuy, Enrique Cabaleiro, en lo referente a la construcción del aparcamiento en el subsuelo del centro de la ciudad. La inquietud mostrada por la portavoz del  BNG, en el pleno extraordinario del 02/09/2022, acerca del esperado comienzo de las obras,  fue contestada por el regidor con el mismo argumento que tiempo atrás: que se estaba redactando el proyecto de ejecución;  pero, a mayor excusa,  dio a entender algo nuevo y revelador: que la empresa adjudicataria está realizando un estudio sobre un modificado que puede comprender o no una segunda planta de sótano. Estas son las palabras textuales, bastante confusas,  del regidor: “ … a partir de la adjudicación (de la 1ª planta, ya ejecutada) hasta el proceso del ámbito de licitación (se sobrentiende, necesariamente, de la segunda planta) veremos si, en función de las circunstancias financieras y de determinadas ayudas, habrá un modificado a ese  proyecto inicial, y si incluirá una segunda planta o no”.

                                Tuy, aparcamiento municipal en superficie

          Creo que el alcalde, tal y como le contestó la portavoz del BNG, está mareando la perdiz, es decir, enredando, pues cuanto dice no tiene fácil comprensión ni  encaje legal posible, ni compatibilidad de calendario de los trabajos de una y otra planta, salvo que las obras previstas se suspendan hasta que surjan ayudas financieras para poder encargar otro proyecto, ni tampoco sentido empresarial que la compañía adjudicataria  realice gratis el estudio y soporte la consecuente espera.

          Se desprende que está enredando con base a los puntos que siguen:

          1.- Una segunda planta a mayores de la proyectada y adjudicada, no puede,  bajo ningún concepto profesional ni administrativo, considerarse  modificación, ni siquiera ampliación, sino adición. Las adiciones de planta requieren la redacción de proyecto específico; y como tal exige licitación propia y distinta de la promovida.

          2.- El presupuesto de una segunda planta, equivalente al aprobado de la primera (el alcalde decía, cuando se declaraba en contra, que el coste supondría el triple) no puede vincularse a una modificación del proyecto inicial, pues el  incremento del 100 %  del presupuesto inicial que acarrearía la  supuesta modificación, que no es tal, no lo admite la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, como recoge el Artículo 204 de la misma. Modificaciones previstas en el pliego de cláusulas administrativas particulares. 1.- Los contratos de las Administraciones Públicas podrán modificarse durante su vigencia hasta un máximo del veinte por ciento del precio inicial cuando en los pliegos de cláusulas administrativas particulares se hubiere advertido expresamente de esta posibilidad, en la forma y con el contenido siguientes: … etcétera.

          3.- La inclusión de  una planta de sótano segundo conduce administrativamente a dos alternativas: a).- Abordar la licitación de un nuevo proyecto para dicha planta, de manera independiente del licitado y adjudicado actualmente (planta primera),  asumiendo la indeseada eventualidad de que la empresa ganadora sea distinta de la actual adjudicataria de la primera planta, lo cual produciría un conflicto muy serio de competencias, coordinación de trabajos, tiempos de ejecución, etcétera, entre las dos empresas, además de la implementación contractual de diferentes condiciones particulares de explotación.  b).- Promover un nuevo concurso de parking de dos plantas, previa anulación de la adjudicación formalizada contractualmente, comportaría al Ayuntamiento la obligación de indemnizar  por daños y perjuicios a la empresa adjudicataria.

          4.- No tiene, pues, sentido que el alcalde diga que la empresa adjudicataria de la primera planta de garaje está realizando un estudio acerca de la viabilidad y construcción de una segunda planta, porque ninguna empresa aceptaría, gratuitamente,  poner en riesgo el contrato de explotación alcanzado en el caso de que se redactase un proyecto unificado de dos plantas de garaje,  ya que  no tiene garantía alguna de que vaya a ser la ganadora de esta nueva licitación, obligada por ley.

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          Adquiere, pues, consistencia la sospecha de la oposición, de que el alcalde está demorando el comienzo de las obras, que se presumen un error fatal, con grave peaje en votos, hasta pasadas las elecciones municipales, para tratar de paliar el indiscutido retroceso  electoral que le ocasionará la concesión por 40 años de una planta de aparcamiento, si no a él, ya que continua anunciando que no se presentará a la reelección, sí a su partido.

         En cuanto a la oposición, sorprende el silencio mantenido y tanta candidez e ingenuidad mostradas ante estas manifestaciones incongruentes del alcalde. Bien ya por falta de reflejos, de conocimientos específicos o escaso compromiso con el problema a resolver. Mayor sorpresa causa la pasividad del portavoz del PP, licenciado en derecho y funcionario de carrera del grado A,  impropia de quien estuvo varios años en el Ayuntamiento al frente del departamento de Contratación. Tales comportamientos quizás responden a que los portavoces de la oposición se deben más a los intereses políticos personales y partidarios que a los de la ciudad que representan y dicen defender; pues parece que aguardan, confiados y sin mayor esfuerzo, que la breva del deterioro político del mandatario municipal madure, y que su caída los aúpe al poder. Tampoco se pronuncia lo más mínimo ACITUI, pese a que  los comerciantes se juegan buena parte de su futuro en que se resuelva o no el problema de falta de aparcamiento en el casco urbano, pues diríase que está sometida y doblegada a las ayudas del Ayuntamiento.

          La talla de los representantes políticos se mide en las ocasiones en que se dirimen  asuntos que  determinan  la prosperidad o el estancamiento de las poblaciones en que viven, pero si las fuerzas corporativas opositoras y las asociativas, en cuanto que representativas,  no se ocupan como corresponde de lo que les compete y están obligados, poco o nada cabe esperar.

 

                           José Antonio Quiroga Quiroga

 

domingo, 11 de septiembre de 2022

La logística y la lógica del concejal Palacín

          Como expresidente de la extinta Fundación Teatro Principal, y como tudense, estoy agradecido al gobierno presidido por el exalcalde Carlos Padín por haber comprado el inmueble del Teatro Principal, paso previo determinante cara a su rehabilitación. Contrariamente, nada puedo agradecer, aunque sí reprochar, al actual portavoz de C21, por la valoración residual que hizo del Teatro Principal en el pleno extraordinario de 02/09/2022, obviando la importancia y significación patrimonial, arquitectónica, cultural y social en el contexto de un casco histórico exclusivamente residencial, de ahí que se mostrase contrario a que ocupase  "tan alto" orden de prioridad, el sexto, en la lista de la Agenda Urbana de edificios públicos a recuperar. “Nosotros no consideramos que sea tan prioritario el Teatro Principal, sobre todo cuando tenemos un teatro” (el auditorio del Área Panorámica, cuyo titular es la Consellería de Facenda de la Xunta).

                                   José Manuel Palacín, portavoz de C 21

            Es impensable, salvo para el señor Palacín, que la rehabilitación del inmueble, presupuestada, estimativamente, en tres millones de euros,  vaya a acometerla el Ayuntamiento con recursos propios, como tampoco ninguno de los cinco edificios que le preceden, sino mediante financiación externa proveniente de organismos oficiales como, por ejemplo, entre otros posibles, el 1,5 % Cultural; de lo contrario, cabría presuponer larguísima espera de años, a mayores de los transcurridos en estado de ruina. No debería preocuparle al señor Palacín el orden de prioridad de “privilegio” asignado al Teatro Principal, pues debería saber que dichas financiaciones específicas se conceden con independencia del orden de utilidad y/o preferencias municipales.   

          La importancia que el señor Palacín le concede al Teatro Principal quedó de manifiesto en la expresión, entrecortada y oscura, siguiente: “esta importancia del Teatro Principal, bueno, eee…eso…enfin”. Por si no fuese bastante razón de peso  el poco valor reconocido, añadió, su punto de vista como experto en logística de espectáculos de masas al aire libre, de conciertos musicales, y pronóstico acerca del futuro que le aguarda como teatro en exclusiva “Allá abajo, como teatro, no tiene…mmmm…demasiada…eeee…eeee, solución de continuidad, porque logísticamente puede ser un auténtico fiasco”; retomando como suyo el rancio y manido mantra de la imposibilidad de acceso de camiones al lugar del inmueble, como si se tratase de un muelle de descarga al que no pueden acercarse los grandes medios de transporte. Cierto que, por fortuna, el camión de la orquesta Panorama no podrá llegar a la Plaza de Frómista, en que se encuentra el Teatro Principal.

          Sorprende, por paradójica y contradictoria, esta oposición a la pronta recuperación del inmueble, ya en sí dificultosa, de quien, para mostrarse culto adorna, irremediablemente, sus intervenciones plenarias con citas, que no aportan más que, aparte de dudoso lucimiento personal, dispersión y extravío.  También choca, no solo la ya comentada disconformidad con el inoperante orden de prioridad del Teatro Principal, sino la rígida sujeción al uso exclusivo del inmueble como teatro, hasta que otro compañero de oposición le reveló el Mediterráneo de la versatilidad de usos, como, p.e. el de cinematógrafo.

          Se conduele el señor Palacín que Tuy se encamine hacia el modelo de ciudad dormitorio, poniendo de relieve una realidad:  “la deuda importante con la actividad del propio casco histórico nos va a deparar un casco muerto”. Sin embargo, defiende, contradictoriamente, que se relegue la rehabilitación del Teatro Principal, y, con ello, la creación de un foco de atracción y vida en el seno del mismo. Su preocupación  por la imagen y estética urbana,  “Hay  que ser estético con la ciudad”,  no se compadece  con la pretendida postergación de la rehabilitación del Teatro Principal, pues  no parece preocuparle la imagen decadente que su ruina  ofrece permanentemente  en la fachada Este y Sur del casco histórico.

          Señor Palacín, lo determinante, en principio,  no es el uso como teatro del inmueble, que usted, de manera antojadiza e interesada, contempla como exclusivo y único posible  para así poder montar un argumentario, no digo erróneo, sino perverso,  sino su recuperación arquitectónica.

          Me decepciona que un representante público anteponga el cultivo del rol de oposición sistemática al gobierno  a costa de posponer la recuperación del patrimonio arquitectónico y cultural de nuestra milenaria ciudad.

 

                                José Antonio Quiroga Quiroga