domingo, 18 de junio de 2023

El folclore cateto del acto de constitución de la Corporación tudense

          Bajo las fórmulas juro y prometo, y un protocolo aconfesional, libre de referencias religiosas, los concejales electos aguardaban para prestar juramento (conviene aclarar que la  pretendida como engañosa afirmación de laicismo otorgada a la promesa carece de fundamento, ya que que la palabra jurar proviene de las voces latinas jurídicas, que no eclesiásticas, “ius, iuris”).  Sin embargo, paradójicamente, los representantes del BNG, defensores del laicismo, al ser llamados desfilaron portando en sus manos el símbolo de su credo: la biblia nacionalista-independentista y un clavel; y, “por imperativo legal”,  prometieron cumplir las obligaciones del cargo con lealtad al rey y obediencia a la Constitución. “La aceptación parcial, condicionada o con restricción mental anula el consentimiento y, por tanto, no da derecho  al acta del cargo que corresponda”. Pero hoy día se transige con casi todo, lo cual socava la respetabilidad de las instituciones.

               
                                  Candidata del BNG en el momento de prestar juramento

          Mucho menos aceptable, incluso invalidante, es un juramento condicionado seguido de  un manifiesto ideológico, como el proferido por el representante del BNG, componente senior de la mesa de edad, hombre aquejado de minusvalía sintáctica congénita, que chapotea descoordinadamente en el pantano del lenguaje, al decir, con sonrisa bobalicona de satisfacción por la hombrada: “en Galiza non temos rey”. Exabrupto, además de falso y totalitarista, propio de quien, con absoluta falta de respeto a la solemnidad del acto, se atreve a pronunciarse por boca del pueblo gallego; insolencia que le valió el aplauso de algunos presentes.

          Por estas y otras circunstancias, fue una ceremonia deslucida, carente de solemnidad, y mal rematada: el alcalde ungido, sin asomo de emotividad en su rostro, no tuvo la complacencia cortés de pasarle la palabra a los portavoces de los grupos políticos para que tuviesen la oportunidad de felicitarle por el éxito alcanzado.

 

                              José Antonio Quiroga Quiroga  

 

 

 

viernes, 2 de junio de 2023

Rejones y buenos modales

           A los toros se los rejonea para mermarles fuerza. En la película Gladiator, el César Cómodo clavó, con igual finalidad, un estilete en un costado al general hispanorromano Máximo Décimo Meridio, antes de enfrentarse a él en la arena.

          A los nuevos partidos políticos que irrumpen en el ruedo electoral, la ley les aplica el rejón de reducirles el tiempo publicitario,  y así limitarles la difusión del mensaje, en los medios de comunicación públicos respecto del que disponen los demás adversarios. A mayores, la SER Baixo Miño, le clavó otro a VOX de Tuy, dejándolo fuera del debate de los candidatos a la alcaldía.

Debate electoral a cuatro (de cinco)

          Dispone la SER, en cuanto cadena privada, de libertad para invitar a los candidatos que estime oportuno, pero no puede decirse que actuase con sentido de pluralidad democrática ni, al igual que la Ley electoral, con respeto y cumplimiento de la igualdad de oportunidades.  

          Más reprochable es la falta de compañerismo del resto de candidatos al no exigir la presencia del representante de VOX.

          Cuando ya no hay nada en juego, cuando la suerte está echada, brotan los formalimos corteses de rigor en forma de cumplidos y felicitaciones mutuas que, si bien son siempre bien recibidos, no tienen más valor que el de la elegancia para la ocasión.

   

                           José Antonio Quiroga Quiroga