El pleno de
noviembre del ayuntamiento de Tui ha sido insustancial e innecesario. De los
que menudean con demasiada frecuencia. Este tipo de plenos, que a veces se
solapan, transmiten inoperancia. Convendría celebrarlos cada dos meses y se ahorraría
quehacer burocrático improductivo. Para que el cambio sea aceptado por la
oposición deberán ser, en justicia, doblemente remunerados, excepto los
extraordinarios.
Pero la
inoperancia no es solo aparente sino real. Prueba de ello es el superávit de
más de 1,6 millones de euros correspondiente al ejercicio de 2015. La concejala de urbanismo y hacienda trató de ocultar la parálisis
ejecutiva declarando a la prensa que tal cantidad de debe “fundamentalmente a
la recaudación ejecutiva de urbanismo (multas por infracciones urbanísticas) y
a la recaudación por el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras, que
ha sido el doble de los 38.000 euros presupuestados. ¿Qué furor sancionador consigue que se recauden 1,6 millones de euros
a mayores?
A una pregunta de la oposición por este
respecto, que aludía también al remanente de tesorería, la concejala, resueltamente dispuesta con el gesto y talante
que le caracteriza: barbilla elevada en actitud retadora, suficiencia insolente
clarificadora de obviedades elevadas a categoría de altos saberes, y voz clara afectada de molesto retintín de enteradilla que te está leyendo la cartilla,
rasgos todos que configuran ese carácter dominante que tantos roces ocasiona en sus filas, contestó de manera vulgar y despectiva: “usted
confunde la velocidad con el tocino”. En esta ocasión, abandonó
el argumento transmitido a la prensa y
basó el superávit en la buena gestión del grupo de gobierno. Descartados por irrelevantes los ingresos
citados, el superávit solo puede provenir de los conceptos siguientes: impuestos,
subida de tasas, que aprobó este gobierno, pese a que la bajada de las mismas
era la fraudulenta estrella del programa electoral de uno de los miembros del
cuatripartito, y al excedente (lo no gastado), de lo presupuestado, que la
concejala presenta como ejemplo de gestión; si bien a este gobierno, para bien
o para mal, solo es responsable del 55 % del ejercicio de 2015, ya que tomó
posesión a mediados de junio de este año.
No gastar lo presupuestado evidencia gestión
deficiente, cimentada en la carencia de ideas y proyectos, que en nada
contribuye a la creación de empleo en el municipio. Y desbarata el repetido
lamento de que la Regla de Gasto, impuesta por el Estado, impide aprobar
presupuestos de mayor cuantía que posibilitarían mayores realizaciones. Este gobierno, lamentablemente, se va pareciendo cada vez más a los anteriores a fuerza de transitar por los
mismos caminos y de adoptar iguales maneras: presume de superávit y de disponer de un sustancioso
remanente de tesorería (5,7 millones) que, lejos de revertir en beneficio de los
contribuyentes, únicamente opera en favor de la
banca.
Los plenos
vacíos de contenido de alcance, se reducen al morbo del último punto del Orden
del día: Ruegos y Preguntas; si bien la
oposición acostumbra a decepcionar por su cortedad de planteamientos. En
esta ocasión se formuló una pregunta, en principio interesante, pero carente de
profundidad, acerca de la situación administrativa de la peatonalización del
casco histórico y del Plan Especial (PEPCH) de dicho ámbito. La prometida peatonalización
para noviembre de 2015: “non pudo ser”, sigue sin materializarse un año después
de la fecha prevista. Y el PEPCH, que se
esperaba que estuviese aprobado en Junio, todavía está pendiente del informe de
los técnicos municipales. El proceso indica que no se expondrá al publico para que la ciudadanía pueda hacer alegaciones; sin embargo la ley dice que es obligado cuando un plan experimenta una transformación sustancial, y el anterior fue rechazado de plano por Patrimonio con una enmienda a la totalidad. Dado que la titular de la delegación parece
desconocer la orientación que debe
dársele a este importante documento, de ahí que la redacción del mismo se dejó en manos del equipo redactor y de las exigencias de Patrimonio, el ponente replicó que las condiciones de
habitabilidad de las viviendas hay que pelearlas con Patrimonio. Ante la demora
que tal pelea conllevaría en la aprobación del PEPCH, irrumpió imperativa la voz
del tiranosauro: “más vale un mal plan que ninguno”, como si no existiesen
otras alternativas que la de mínimos.
El casco
histórico es, en el plano urbanístico y simbólico, lo más
preciado que tiene Tuy. Es su seña de identidad y foco de atracción turística.
En materia tan sensible no caben prisas Las nuevas corrientes en
recuperación de cascos históricos señalan a la despoblación como el principal
enemigo. Si no se ofrecen ciertos parámetros de confort a los residentes, solo
cabe esperar que, con el tiempo, la despoblación vaya en aumento, y con ella su ruina.
Como los
recortes en democracia de este gobierno afectaron al turno de ruegos y preguntas
del público, reducido a una sola intervención, ruego o pregunta, formulo un encarecido
ruego a la oposición: absténganse de justificarse en los plenos alertando de deterioros menores en el firme y mobiliario urbano y eleven el
punto de mira de las inquietudes.
José Antonio
Quiroga Quiroga