lunes, 21 de mayo de 2012

¡Alto! una pulga dio un salto


Tras perder todos los trenes de las ayudas europeas destinadas a la recuperación de cascos históricos por paralización del Plan Especial de Tui durante catorce años, y posterior enredo en planes sucedáneo como los PEMCU (Planes de Mejora de la Calidad Urbana), cuyos estériles costes han supuesto desembolsos de 20.000.000 de pesetas y 250.000 euros respectivamente, la operación maceta se adelanta a los inciertos beneficios de un nuevo Plan en tramitación.

El concejal del casco histórico, que tiene problemas por resolver como: ruidos, vandalismo, actividades ilegales, limpieza, tráfico rodado, cableado eléctrico aéreo, degradación inmobiliaria, abandono poblacional, etc. convocó a cámaras, luz y taquígrafos en una de sus calles, para presentar al mundo, el equipo de estrellas, posando en alineada formación al estilo de los siete magníficos, que anunciaría la buena nueva de una medida estructural de alcance histórico e insospechado: el concurso floral de decoración de balcones y ventanas, que procura una explosión floral de geranios y gitanillas por doquier, digno del más exuberante patio andaluz de paredes encaladas. Argumenta el ínclito concejal que tal medida está orientada a la “humanización de calles, mejora estética, incremento de la calidad ambiental, y del valor del espacio patrimonial, además de valor añadido que justifique la visita a nuestra ciudad”. Esta retórica ampulosa diríase pronunciada por un humanista, pero no, pertenece a la casta política al uso de los desenfrenados y obsesivos humanizadores de lo inorgánico. A la cota de calidad ambiental alcanzada con la colocación de  una ristra de banderas en el paseo de la Corredera, cual puerto deportivo o ciudad de los congresos permanentes, se suma, en sinergia potenciadora, esta genial idea con la que, gracias al folclorismo mediterráneo, tanto el románico,  como el gótico de nuestros monumentos adquirirán  un valor fuera de catálogo, que atraerá riadas de turistas y estudiosos de nuevas formas de expresión y promoción del arte. El gobierno municipal tiene, pues, depositadas grandes esperanzas  en dicha operación maceta y consecuente efecto primavera como principal atractivo de la vieja ciudad, si bien para dejar mejor sabor de boca a los visitantes  quizá se rescate y trasplante la figura de la violetera repartiendo flores, cuyo valor añadido es la  creación de empleo.

La globalización, que todo lo homogeneiza, con su entropía cultural e importación indiscriminada de estéticas, faunas y floras, pone en constante riesgo de dilución la identidad de lo autóctono y del hecho diferencial como factor de riqueza y pluralidad, mayormente si nuestros gobernantes, los “bestsellers” de la política,  los dueños de nuestros destinos, son la extracción social liliputiense, insostenible e insoportable, en el orden, ético, académico e  intelectual.

 Esta ocurrencia municipal,  de distracción de los verdaderos problemas, no puede considerarse como un paso o el primer movimiento en dirección a un lejano e importante destino, sino como la celebración jubilosa de una medida insignificante, elevada a la categoría de acontecimiento en la escala del modesto acontecer de todo pueblo, cual es el salto de una pulga en la dirección errónea. Y a saltos erráticos de pulga seguimos avanzando o retrocediendo en Tui.



              Tui, 22 de mayo de 2012






                                                     José Antonio Quiroga Quiroga