Tras perder
todos los trenes de las ayudas europeas destinadas a la recuperación de cascos
históricos por paralización del Plan Especial de Tui durante catorce años, y posterior
enredo en planes sucedáneo como los PEMCU (Planes de Mejora de la Calidad Urbana),
cuyos estériles costes han supuesto desembolsos de 20.000.000 de pesetas y
250.000 euros respectivamente, la operación maceta se adelanta a los inciertos
beneficios de un nuevo Plan en tramitación.
El concejal
del casco histórico, que tiene problemas por resolver como: ruidos, vandalismo,
actividades ilegales, limpieza, tráfico rodado, cableado eléctrico aéreo,
degradación inmobiliaria, abandono poblacional, etc. convocó a cámaras, luz y
taquígrafos en una de sus calles, para presentar al mundo, el equipo de estrellas,
posando en alineada formación al estilo de los siete magníficos, que anunciaría
la buena nueva de una medida estructural de alcance histórico e insospechado: el
concurso floral de decoración de balcones y ventanas, que procura una explosión
floral de geranios y gitanillas por doquier, digno del más exuberante patio
andaluz de paredes encaladas. Argumenta el ínclito concejal que tal medida está
orientada a la “humanización de calles, mejora estética, incremento de la
calidad ambiental, y del valor del espacio patrimonial, además de valor añadido
que justifique la visita a nuestra ciudad”. Esta retórica ampulosa diríase
pronunciada por un humanista, pero no, pertenece a la casta política al uso de
los desenfrenados y obsesivos humanizadores de lo inorgánico. A la cota de
calidad ambiental alcanzada con la colocación de una ristra de banderas en el paseo de la
Corredera, cual puerto deportivo o ciudad de los congresos permanentes, se suma,
en sinergia potenciadora, esta genial idea con la que, gracias al folclorismo mediterráneo, tanto el románico, como el
gótico de nuestros monumentos adquirirán
un valor fuera de catálogo, que atraerá riadas de turistas y estudiosos
de nuevas formas de expresión y promoción del arte. El gobierno municipal tiene,
pues, depositadas grandes esperanzas en dicha
operación maceta y consecuente efecto primavera como principal atractivo de la
vieja ciudad, si bien para dejar mejor sabor de boca a los visitantes quizá se rescate y trasplante la figura de la
violetera repartiendo flores, cuyo valor añadido es la creación de empleo.
La
globalización, que todo lo homogeneiza, con su entropía cultural e importación
indiscriminada de estéticas, faunas y floras, pone en constante riesgo de
dilución la identidad de lo autóctono y del hecho diferencial como factor de
riqueza y pluralidad, mayormente si nuestros gobernantes, los “bestsellers” de
la política, los dueños de nuestros
destinos, son la extracción social liliputiense, insostenible e insoportable,
en el orden, ético, académico e
intelectual.
Esta ocurrencia municipal, de distracción de los verdaderos problemas,
no puede considerarse como un paso o el primer movimiento en dirección a un
lejano e importante destino, sino como la celebración jubilosa de una medida
insignificante, elevada a la categoría de acontecimiento en la escala del
modesto acontecer de todo pueblo, cual es el salto de una pulga en la dirección
errónea. Y a saltos erráticos de pulga seguimos avanzando o retrocediendo en
Tui.
Tui, 22 de mayo de
2012
José
Antonio Quiroga Quiroga
Me gusta. Podias decir lo que siempre decía el escultor Oliveira cuando le preguntaban por algo inédito que había o se hacía en Tui: E que en Tui somosche así.
ResponderEliminarSaludos: Javier Ferruxo