sábado, 18 de abril de 2020

Abandonar los plenos


 

Nada justifica desertar de la representatividad cuando están en juego los intereses de los representados. Lo que se espera de un grupo político en la oposición no es que se retire de la partida abandonando los plenos, gesto que comporta la dejación de funciones que le han encomendado los ciudadanos, y que no expresa más que mera disconformidad, cuando no impotencia, sino que presente batalla argumental exigiendo rendición de cuentas al Gobierno que las presenta viciadas de ilegalidad. Nada más responsable y eficaz que la constancia plenaria demostrativa de las supuestas irregularidades financieras del equipo de gobierno; y nada más estéril que tratar de defender tal conducta en los medios de comunicación.

  Tal fue la actitud que adoptó el PP de Tuy en el pleno extraordinario del 16/04/2020 para aprobación de un reconocimiento extrajudicial de crédito, con cargo al remanente de tesorería, por importe de 734.000,00 euros, con que pagar a proveedores y las horas extras de empleados municipales. No le faltaron razones a su portavoz para cuestionar la urgencia de la convocatoria, ya que los dos plenos ordinarios anteriores carecieron prácticamente de contenido; lo innecesario de recurrir al superávit por falta de liquidez en las partidas correspondientes si estuviesen aprobados, como debería, los presupuestos del año en curso; el muy escaso tiempo disponible de 48 horas para analizar la numerosa documentación  de los 18 puntos del orden del día; y el haberse saltado las preceptivas comisiones informativas previas a todo pleno. Pero todo ello no debería derivar en espantada, sino, por el contrario, en firme confrontación argumental.  

Sesión plenaria de 16/04/2020, durante el período de confinamiento
  En otro orden de asuntos surgidos durante la sesión, no me cansaré de contradecir al Alcalde, Enrique Cabaleiro, cada vez que alardea falazmente, como en esta ocasión, de atribuir a la gestión de gobierno el incremento del remanente de tesorería en 6,5 millones de euros, y no a las restricciones que impone la Regla de Gasto y Estabilidad Presupuestaria, que limita la cuantía de los presupuestos al 110% de los ingresos ordinarios y transferencias ordinarias, excluyendo la inclusión de otro tipo de ingresos en la confección de dichos presupuestos. El mismo alcalde desvela la falsedad de tal presunción, pues no tiene sentido quejarse de que muy poco se puede hacer con 8,5 millones de presupuesto anual, si resulta que, debido a la "buena gestión" de cada ejercicio presupuestario le sobran más de dos millones.  Ese supuesto excedente no gastado, que no hay tal, iría, pues,  directamente a engrosar dicho remanente de tesorería, y así acumular 11 millones en caja. Nada más lejos de la verdad. Insisto en recordarle que el Ayuntamiento no es una entidad de ahorro como para ufanarse del superávit alcanzado, sino órgano de administración e inversión, de ahí que los ingresos de los contribuyentes deben revertir en servicios a la comunidad y no guardados en el banco, el único favorecido. Asimismo, como bien comentó el alcalde,  nos aguarda una crisis espantosa a causa de la pandemia del coronavirus. Mientras dure, el Estado, la Xunta y la Diputación apenas dispondrán de dinero para  financiar proyectos y aprobar ayudas y subvenciones. Llegó, pues, el momento de ponerse serios y abandonar ciertos lujos y frivolidades electoralistas en el gasto municipal, así como  las servidumbres económicas partidarias. Un ejemplo de este tipo de servidumbre es el proyecto de ampliación de las instalaciones del club Kayak, centro destinado exclusivamente al cultivo del fatuo orgullo deportivo local,  cuyo presupuesto de obra es de 680.000.00 euros, gasto que nada aporta a la riqueza y  bienestar común. Atendiendo a lo que  nos viene encima, las obras deberían limitarse a las exclusivas de  salubridad y remozado.

Ruego a la Oposición que no nos dejen en manos de la dictadura de la aritmética democrática abandonando los plenos; y que si no han podido fiscalizar la documentación plenaria, al no haber realizado trabajo alguno, renuncien, por coherencia, a las retribuciones por asistencia a dicho pleno.Y al Gobierno que abandone las prácticas populistas orientadas a mantenerse en el poder, pues con tales artes no saldremos del hoyo.

 

                               José Antonio Quiroga Quiroga

 

miércoles, 1 de abril de 2020

Evitar la alarma del estado de alarma


          ¿Tiene sentido tratar de evitar que se alarme la sociedad tras ser decretado por el Gobierno el estado de alarma a causa de la pandemia por coronavirus?

          Diariamente se nos informa del número total de contagiados y de fallecidos en todo el territorio nacional a causa del Covid-19, así como de la evolución porcentual de ambas cifras, sin reparar, así parece desprenderse, en los niveles de inquietud que el crecimiento cotidiano de ambas incidencias genere en la población. Sin embargo, cuando se desciende al ámbito provincial, y mayormente al municipal, niveles en los que habitualmente la democracia como los derechos cívicos bajan algunos escalones, observamos que se desconocen el número de infectados como el de posibles defunciones. Ningún medio de comunicación provincial ni municipal hace referencia alguna al respecto. El silencio informativo acompaña al silencio fantasmal de las calles vacías.

Soldado español protegido contra el coronavirus

          En mi pueblo-ciudad (Tuy), que tiene más de pueblo que de ciudad, como también en la comarca del Baixo Miño, en la que se encuadra, tal falta de noticias podría llevarnos al supuesto tranquilizador de que el coronavirus no ha llegado a estos parajes (razón a mayores para creer que son paradisíacos). Pero el incontrolable y tradicional correo popular boca-oreja, también llamado radio macuto, a falta de otra radio que informe, corre ahora, debido al confinamiento, por las redes sociales y la telefonía, para ponernos al corriente; si bien pasado de voltaje dada su tendencia catastrofista de engordar los acontecimientos cual bola de nieve ladera abajo, lo cual redunda en mayor alarma.

Instalación de campaña para atender a infectados por Covid-19

          Dejando a un lado el hecho de que se nos está sustrayendo el derecho a la información, de que se nos  trata como si fuésemos inmaduros, incapaces de gestionar la realidad (solo somos adultos responsables cuando se trata de trabajar y pagar impuestos), y dado que estamos inmersos en  una situación de alarma declarada oficialmente  a causa de una enfermedad extremadamente contagiosa, cabe preguntarse si el tratar de tranquilizar a la gente ¿no incide acaso en el relajamiento de las medidas  profilácticas a guardar por todos contra el virus?  ¿Y que el decaimiento del estado de alerta  aumenta el riesgo de contagio y propagación de la pandemia?

          El paternalismo emocional que administran las instituciones para con sus conciudadanos no solo los degrada de su cualidad de adultos responsables a la de infantes desvalidos, sino que, en situaciones como la que estamos viviendo, resulta contraproducente.


                                         José Antonio Quiroga Quiroga