sábado, 26 de agosto de 2023

¿Renuncia a construir el aparcamiento, o concesión al BNG?

          El alcalde de Tuy, Enrique Cabaleiro, acaba de anunciar públicamente su propósito de renunciar a la construcción del aparcamiento en el subsuelo del actual municipal en superficie. Si su sorpresiva y desconcertante intención, basada en la inviabilidad financiera a causa de la  la inflación acumulada por la demora en comenzar la obra, se lleva a término (tendría el apoyo del BNG), dinamitaría el pilar central sobre el que gravita la sostenibilidad del comercio local y  el desarrollo de la ciudad.

                          Actual aparcamiento municipal sobre zona verde

          Varias son las  incógnitas administrativas y las sombras políticas que envuelven esta controvertida y enredada adjudicación, que trataré de desplegar:

          1.- Alguna deficiencia deben contener las cláusulas administrativas de la adjudicación de obra y explotación del servicio para que se hayan enzarzado en litigios judiciales la empresa adjudicataria y la desestimada que concursaba a la adjudicación, ya que la Ley de Contratos del Sector Público, art. 86,  faculta al Ayuntamiento para exigir acreditación documental de solvencia económica, financiera y técnica o profesional.

          2.- El sobrecoste de la obra por la inflación acumulada no es razón válida para renunciar o posponer la construcción, ya que un nuevo concurso de obra no evitará dicho sobrecoste; ni tampoco el pago, a mayores, de los daños y perjuicios que por tal causa se ocasionen a la empresa adjudicataria, tal y como establece al art. 208, de la Ley de Contratos del Sector Público.

          3.- Es preciso conocer el importe del sobrecoste de obra y la cantidad a indemnizar a la empresa adjudicataria para poder juzgar si la renuncia es razonable o perjudicial a todos los efectos.

          4.- En cualquier caso, la renuncia por incapacidad financiera revela la reprobada frivolidad  en el gasto del grupo de gobierno en obras de dudosa utilidad, acudiendo sin prudencia ni pudor alguno al Remanente de Tesorería, que contabilizaba doce millones de euros. No tiene, pues,  justificación alguna la renuncia, sobre todo cuando se van a destinar 2,3 millones de euros en la rehabilitación integral de la plaza de abastos y “humanización” de su entorno, que nada van a resolver.

          En el plano político lo primero que sorprende es el cambio repentino de posicionamiento del alcalde, que, en la noche de las elecciones, al ser  preguntado por el posible pacto de gobierno con el BNG, declaró la imposibilidad del mismo al existir el obstáculo insalvable de la construcción del aparcamiento (el BNG no la acepta), obra que consideraba irrenunciable.

          Sorprende, asimismo, acto seguido del anuncio de renuncia, la firma del acuerdo programático con el BNG, que parece proporcionarle, tácitamente y de manera diferida,  al grupo del alcalde en minoría,  la deseada y cómoda mayoría absoluta que las urnas no le dieron.

          Todo este cúmulo de  extrañas e inquietantes circunstancias, alimentan la sospecha de que, al puro estilo de su patrón, Pedro Sánchez, Enrique Cabaleiro, alcalde de Tuy, sin gracia alguna, antepone su estabilidad en el cargo, sus ambiciones políticas, a la estructuración urbanística, desarrollo y prosperidad del municipio que gobierna.

         Cierto que la renuncia evita el error, nunca reconocido, de construir un solo sótano, pero, en cualquier caso, se trata de un fracaso de gestión  indiscutible, de enorme trascendencia.

 

                                     José Antonio Quiroga Quiroga