jueves, 29 de octubre de 2020

O VOSO ALCALDE

 

¿Cuáles son las razones para abandonar la clásica y solemne antefirma, EL ALCALDE, con que rematan los escritos oficiales de cualquier  ayuntamiento, y remataban los de anteriores alcaldes de Tuy hasta hace poco,  por la  redundante, populista y pegajosa familiaridad, O VOSO ALCALDE? tal y como el actual, Enrique Cabaleiro, gusta de presentarse e identificarse, y tal y como consta en el reciente bando, con ocasión de la festividad de Todos los Santos, en el que publica las normas a guardar para evitar contagiarse de coronavirus.

                              Enrique Cabaleiro González, "o voso alcalde"

   No debe estar muy seguro de serlo de todos (y de todas),  cuando necesita recalcarlo, aunque de manera reñida con la formalidad al uso, cada vez que se dirige por escrito a los tudenses. No lo es porque él mismo no se considera alcalde de ciertos colectivos y/o personas que se muestran críticas con sus actuaciones, ni de los simpatizantes de otros partidos políticos. Tampoco lo es de determinados  grupos o individuos, en concreto, los por él bloqueados en las redes sociales, porque no lo aceptan como tal debido a este comportamiento impropio de un demócrata. 

Cualquier persona, con cuenta abierta en una red social,  está legitimado, en cuanto particular, para, de entre sus amigos virtuales, eliminar y bloquear a aquellos que  no le resultan simpáticos. Pero cuando la dimensión privada queda invadida por la pública, y a ella supeditada, como es el caso de los regidores de ayuntamientos, en que todos sus actos, tanto oficiales como privados, son juzgados bajo este prisma dominante, la referida legitimidad del acto de discriminar a determinados ciudadanos queda desplazada por el mayor peso del  calibre ético y democrático de la acción emprendida. No cabe, pues, considerar como comportamiento ético en un alcalde, que en su cuenta de Facebook dialogue con aquellos que formulan sugerencias y  opiniones favorables a su gestión municipal,  pero a quienes la cuestionen, les corte bruscamente y sin contemplaciones la comunicación  borrándolos de la lista de amigos. No es la elegancia de espíritu cualidad que asome en su trayectoria política.

En todo caso, reconozco que, a aquellos ciudadanos a los que se dirige, debe resultarles enternecedor, entrañable y reconfortante, por la cercanía y espíritu paternalista de la singular antefirma, saber que tanto en la necesidad material como en la espiritual no están solos, que un ángel de la guarda a sueldo, “o voso alcalde”, les protege y acompaña incluso en esta fecha profundamente emotiva, al tiempo que desoladora, como el día de los Difuntos.

Tuy exige que sus alcaldes tengan un poco de clase, un poco de estilo. Solo un poquito, un poquito na máaaaaa...¡hombre!

Inevitablemente suyo afectísimo,

 

                               José Antonio Quiroga Quiroga

jueves, 22 de octubre de 2020

Revista a quince meses de gestión municipal

Acorralado por el aluvión de críticas con que la ciudadanía acogió algunas de las  medidas estrella llevadas a cabo por el actual grupo de gobierno, y apremiado por recuperar parte del crédito perdido, el alcalde de Tuy, Enrique Cabaleiro, desplegó, en la ronda de entrevistas de la radio municipal, y a la carrera, la faramalla  de actuaciones, logros y proyectos, sin dejar nada atrás. Todo cuanto fuese susceptible de ser apuntado en el haber, por menudo que fuese, o averiado que estuviese, fue subido al tren de la gestión municipal. El convoy no estaría completo sin el furgón, insignia de la casa, de las acostumbradas acusaciones a los rivales políticos, pretéritos y actuales, a las que recurre cuando se ve apretado. Pero con tal ansiedad y precipitación, durante la media hora de intervención, que por momentos le faltaba el resuello. Y a los oyentes que trataron de seguirle, tiempo para percatarse de si cuánto decía y bendecía, era verdadero o falso, coherente o contradictorio, acertado o erróneo, ético o indecoroso.

Trataré, a continuación, de analizar  algunas de las medidas más contestadas y controvertidas, y las correspondientes justificaciones, para así despejar las dudas, de corte maniqueo, que refiero en el párrafo anterior.

 Pero antes de entrar en materia, y a modo de prólogo ilustrativo del grado de ponderación y objetividad que adorna a nuestro alcalde a la hora de juzgar su ejecutoria, tomo como muestra de su discurso, por su dimensión planetaria,  y eco campanudo,  la sentencia solemne: “El mundo estuvo parado durante tres meses (confinado), pero el Ayuntamiento estuvo funcionando”. Sí, un cuarto del total de funcionarios en sus casas. El teletrabajo acaba de  jubilar el viejo refrán: “el ojo del amo, engorda el caballo”.

Veamos:

1.- La peatonalización de menos de la mitad de la calle Calvo Sotelo, que no del Paseo de la Corredera, ha sido inoportuna porque no había urgencia ni utilidad previsible a medio plazo. Muy al contrario, solo ha traído resultados negativos: retenciones circulatorias constantes; dificultades de acceso a determinados establecimientos; distorsión estética y agobio ambiental de las calles Augusto Glez. Besada, y tramo norte de Calvo Sotelo, convertidas en parking al aire libre; y ocultación al visitante del más atractivo y representativo  espacio urbano de la ciudad. A la vista del desastre generado, el alcalde invoca el paliativo (?)  que se trata de una medida transitoria; aunque no precisa por cuánto tiempo tendremos que sufrirla. El carácter provisional de los cambios operados,  lejos de atenuar el error, lo agrava ya que constituye evidente  dilapidación de caudales públicos: 65.000,00 euros de coste inicial,  más el importe, en su día, de  reversión   de los desafortunados cambios, consistentes en retirada de señales, topes de las plazas de aparcamiento y pintura.

2.- Sorprende el aparente conocimiento de la geografía física y aduanera europea  del alcalde  Cabaleiro, que le autoriza afirmar: “Tuy es casi el único ayuntamiento de Europa occidental que tiene una frontera urbana, por la que pasan 7.000 vehículos de media al mes”. Pero mucho más, el que poseyendo estos datos decidiese peatonalizar la calle Calvo Sotelo y eliminar la doble dirección de Augusto Glez. Besada, con el resultado que todos conocemos. Como responsable de los atascos circulatorios diarios,  también causa sorpresa que diga ahora que se está haciendo (por la Diputación) un estudio de flujos circulatorios del tráfico rodado. Todo un portento de visión y anticipación.

3.- La “generación”,  por el gobierno cuatripartito, presidido por el susodicho alcalde, de un remanente de 6.800.000,00 euros, durante el período junio de 2015- octubre de 2017 (dos años y cuatro meses): “cuando llegamos, después de veinte años de gobierno del PP, había un remanente de 4.200.000,00 euros; cuando nos fuimos (de muy mala gana y con malos modos) dejamos 11.000.000,00 euros.  Más allá de que los incrementos de remanente son consecuencia directa de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, de 27 de abril de 2012, el asalto constante a la caja de caudales  del Ayuntamiento (ya se han gastado más de cinco millones) por el mismo y principal responsable del pretendido “ahorro” en la etapa anterior, tiene mal encaje. Trata ahora de justificar el señor Cabaleiro el referido asalto manifestando: “que el remanente está  para hacer frente a gastos imprevistos  y necesidades” y que “determinados gastos que no tienen cabida en los presupuestos por su abultada cuantía”. Diríase que, tras un tiempo de calma chicha, (2015-2017), en la que no había gastos imprevistos ni necesidades que cubrir, en que lo único que prosperaba era el remanente de tesorería, de repente, un terremoto sacudió el municipio, se abrió el suelo bajo nuestros pies, y por las innumerables brechas abiertas y descosidos se van los dineros de los contribuyentes.

4.- Alardea nuestro regidor de haber recaudado por ICIO (Impuesto por Construcciones y Obras) en lo que va de año hasta agosto (incluidos los tres meses de confinamiento), más que en ninguna de las anualidades de la última década; “lo cual indica que se está trabajando en la buena dirección”. Como a esa década corresponden los casi dos años y medio de gestión del señor Cabaleiro como principal responsable de los destinos de Tuy, se deduce que durante ese tiempo estuvo desorientado y perdido, caminando en dirección equivocada, con el departamento de Urbanismo paralizado, como gusta describir el régimen de funcionamiento cuando está bajo el mando de otros alcaldes. 

Los ingresos por ICIO se deben, principalmente, a la iniciativa de los promotores de viviendas, y prácticamente ninguna a la labor del político responsable del departamento de urbanismo, y apenas al  trabajo regular desarrollado por los técnicos municipales, salvo que, indirectamente y sin referirse a ellos, se les acuse de compromiso intermitente en el desempeño de su deber.

5.-  La reconocida falta de diálogo del Gobierno con la Oposición, la deriva el alcalde, entre confuso y atropellado, a la “vorágine de la gestión; a la urgencia de determinados asuntos y a la dinámica del Ayuntamiento (?); conceptos todos ellos reñidos  con la cuarta excusa, el teletrabajo (esta vez para sugerir el bajo rendimiento del trabajo a distancia).

6.- Lo más censurable y penoso de su torticero relato, ha sido el remate, que, para mal, afecta a la moralidad personal. Es obsceno acusar, sin pruebas, al señor Manuel González Vázquez, portavoz de Ciudadanos, “de corresponsable y sujeto activo de la estafa de haber alentado a vecinos a construir en futuras zonas de expansión de núcleo rural, bajo la promesa de incluirlas en dicho ámbito, y luego haber aprobado el PXOM dejándolas fuera”. Le reprocha al líder de Ciudadanos, la encomiable inquietud de instarle a que introduzca en el PXOM las modificaciones pertinentes, orientadas a salvar esas casas ilegales,  amenazadas de demolición por la APLU (Agencia de Protección de la Legalidad Urbanística), alegando que tal pretensión no es posible legalmente  al estar motivada por intereses particulares. Esta afirmación es solo media verdad, o mentira encubierta,  ya que que identifica, de manera general y única, el interés particular  con  el de índole especulativo, cuya finalidad es la obtención de mayor lucro. El interés  en salvar  la propia vivienda a través de modificaciones del planeamiento urbanístico es legítimo y tiene amparo legal. Los siguientes ejemplos más sonados de legalizaciones de construcciones ocurridas en Vigo, casos todos ellos infinitamente más complejos y difíciles: Torres Ifer; Colina de Castrelos; Aparthoteles Samil; Edificio Jacinto Benavente, etcétera, contradicen lo manifestado por el alcalde Cabaleiro.

Inquieta  la falta de empatía, la indiferencia insensible, rayana en la crueldad,  de nuestro regidor, a la desgracia de unos pocos vecinos,  cuya imprudencia probablemente radique en la falta de recursos para afrontar los costes profesionales y administrativos que comporta una licencia de construcción. Quizá considere su Ilustrísima que no son merecedores de comprensión ni de la molestia  de tener que abordar una modificación más del PXOM. Sin embargo, choca la diligencia  con que ha emprendido la modificación del planeamiento urbanístico para eliminar los PERI (Plan Especial de Reforma Interior) de San Bartolomé, porque los propietarios, mucho más numerosos, se quejan de pagar el IBI sin que por ello puedan edificar en las parcelas mientras no se desarrollen dichas figuras de planeamiento. La diferente actitud quizá obedezca a razones de interés electoral.

Aboga, Enrique Cabaleiro, por la redacción de un nuevo PXOM a la altura de los nuevos retos medio ambientales (qué bien suena), por considerar que cuando se aprobó el actual llegó ya caducado, lo cual no fue impedimento para que él votase favorablemente, como reconoció, sin percatarse de la torpeza cometida al incurrir en flagrante incoherencia. Quizá ese deseado nuevo PXOM se redacte algún día siguiendo la línea de actuación acordada con los referidos PERI, que no es otra que condenar a la anarquía edificatoria el área de expansión del Tuy del futuro, hipotecando irreversiblemente el orden urbano de calles bien diseñadas, y  depreciar, al tiempo  el mayor  valor potencial de las parcelas afectadas.  

En fin, oremus…

                                  José Antonio Quiroga Quiroga