Acorralado por el aluvión de críticas con que la ciudadanía acogió
algunas de las medidas estrella llevadas
a cabo por el actual grupo de gobierno, y apremiado por recuperar parte del crédito
perdido, el alcalde de Tuy, Enrique Cabaleiro, desplegó, en la ronda de
entrevistas de la radio municipal, y a la carrera, la faramalla de actuaciones, logros y proyectos, sin dejar
nada atrás. Todo cuanto fuese susceptible de ser apuntado en el haber, por
menudo que fuese, o averiado que estuviese, fue subido al tren de la gestión municipal.
El convoy no estaría completo sin el furgón, insignia de la casa, de las
acostumbradas acusaciones a los rivales políticos, pretéritos y actuales, a las
que recurre cuando se ve apretado. Pero con tal ansiedad y precipitación, durante
la media hora de intervención, que por momentos le faltaba el resuello. Y a los
oyentes que trataron de seguirle, tiempo para percatarse de si cuánto decía y
bendecía, era verdadero o falso, coherente o contradictorio, acertado o erróneo,
ético o indecoroso.
Trataré, a continuación, de analizar algunas de las medidas más contestadas y controvertidas,
y las correspondientes justificaciones, para así despejar las dudas, de corte
maniqueo, que refiero en el párrafo anterior.
Pero antes de entrar en materia, y
a modo de prólogo ilustrativo del grado de ponderación y objetividad que adorna
a nuestro alcalde a la hora de juzgar su ejecutoria, tomo como muestra de su
discurso, por su dimensión planetaria, y
eco campanudo, la sentencia solemne: “El mundo estuvo parado durante tres meses
(confinado), pero el Ayuntamiento estuvo
funcionando”. Sí, un cuarto del total de funcionarios en sus casas. El teletrabajo acaba
de jubilar el viejo refrán: “el ojo del
amo, engorda el caballo”.
Veamos:
1.- La peatonalización de menos de la mitad de la calle Calvo Sotelo,
que no del Paseo de la Corredera, ha sido inoportuna porque no había
urgencia ni utilidad previsible a medio plazo. Muy al contrario, solo ha traído
resultados negativos: retenciones circulatorias constantes; dificultades de
acceso a determinados establecimientos; distorsión estética y agobio ambiental
de las calles Augusto Glez. Besada, y tramo norte de Calvo Sotelo, convertidas
en parking al aire libre; y ocultación al visitante del más atractivo y representativo espacio urbano de la ciudad. A la vista del
desastre generado, el alcalde invoca el paliativo (?) que se trata de una
medida transitoria; aunque no precisa por cuánto tiempo tendremos que sufrirla.
El carácter provisional de los cambios operados, lejos de atenuar el error, lo agrava ya que
constituye evidente dilapidación de
caudales públicos: 65.000,00 euros de coste inicial, más el importe, en su día, de reversión
de los desafortunados cambios, consistentes en retirada de señales,
topes de las plazas de aparcamiento y pintura.
2.- Sorprende el aparente conocimiento de la geografía física y aduanera
europea del alcalde Cabaleiro, que le autoriza afirmar: “Tuy es casi el único ayuntamiento de
Europa occidental que tiene una frontera urbana, por la que pasan 7.000
vehículos de media al mes”. Pero mucho más, el que poseyendo estos datos
decidiese peatonalizar la calle Calvo Sotelo y eliminar la doble dirección de
Augusto Glez. Besada, con el resultado que todos conocemos. Como responsable de
los atascos circulatorios diarios, también causa sorpresa que diga ahora
que se está haciendo (por la Diputación) un estudio de flujos circulatorios del
tráfico rodado. Todo un portento de visión y anticipación.
3.- La “generación”, por el
gobierno cuatripartito, presidido por el susodicho alcalde, de un remanente de
6.800.000,00 euros, durante el período junio de 2015- octubre de 2017 (dos años
y cuatro meses): “cuando llegamos,
después de veinte años de gobierno del PP, había un remanente de 4.200.000,00
euros; cuando nos fuimos (de muy mala gana y con malos modos) dejamos 11.000.000,00 euros. Más allá de que los incrementos de remanente son
consecuencia directa de la Ley de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, de 27 de abril de 2012,
el asalto constante a la caja de caudales
del Ayuntamiento (ya se han gastado más de cinco millones) por el mismo
y principal responsable del pretendido “ahorro” en la etapa anterior, tiene mal
encaje. Trata ahora de justificar el señor Cabaleiro el referido asalto
manifestando: “que el remanente
está para hacer frente a gastos
imprevistos y necesidades” y que “determinados gastos que no tienen cabida
en los presupuestos por su abultada cuantía”. Diríase que, tras un tiempo
de calma chicha, (2015-2017), en la que no había gastos imprevistos ni
necesidades que cubrir, en que lo único que prosperaba era el remanente de
tesorería, de repente, un terremoto sacudió el municipio, se abrió el suelo
bajo nuestros pies, y por las innumerables brechas abiertas y descosidos se van
los dineros de los contribuyentes.
4.- Alardea nuestro regidor de haber recaudado por ICIO (Impuesto por
Construcciones y Obras) en lo que va de año hasta agosto (incluidos los tres
meses de confinamiento), más que en ninguna de las anualidades de la última
década; “lo cual indica que se está
trabajando en la buena dirección”. Como a esa década corresponden los casi
dos años y medio de gestión del señor Cabaleiro como principal responsable de los
destinos de Tuy, se deduce que durante ese tiempo estuvo desorientado y
perdido, caminando en dirección equivocada, con el departamento de Urbanismo
paralizado, como gusta describir el régimen de funcionamiento cuando está bajo
el mando de otros alcaldes.
Los ingresos por ICIO se deben, principalmente, a la iniciativa de los
promotores de viviendas, y prácticamente ninguna a la labor del político
responsable del departamento de urbanismo, y apenas al trabajo regular desarrollado por los técnicos municipales, salvo que, indirectamente y sin
referirse a ellos, se les acuse de compromiso intermitente en el desempeño de
su deber.
5.- La reconocida falta de diálogo
del Gobierno con la Oposición, la deriva el alcalde, entre confuso y
atropellado, a la “vorágine de la
gestión; a la urgencia de determinados asuntos y a la dinámica del Ayuntamiento
(?); conceptos todos ellos reñidos con
la cuarta excusa, el teletrabajo (esta vez para sugerir el bajo rendimiento del
trabajo a distancia).
6.- Lo más censurable y penoso de su torticero relato, ha sido el
remate, que, para mal, afecta a la moralidad personal. Es obsceno acusar, sin
pruebas, al señor Manuel González Vázquez, portavoz de Ciudadanos, “de corresponsable y sujeto activo de la
estafa de haber alentado a vecinos a construir en futuras zonas de expansión de
núcleo rural, bajo la promesa de incluirlas en dicho ámbito, y luego haber
aprobado el PXOM dejándolas fuera”. Le reprocha al líder de Ciudadanos, la
encomiable inquietud de instarle a que introduzca en el PXOM las modificaciones
pertinentes, orientadas a salvar esas casas ilegales, amenazadas de demolición por la APLU (Agencia
de Protección de la Legalidad Urbanística), alegando que tal pretensión no es
posible legalmente al estar motivada por
intereses particulares. Esta afirmación es solo media verdad, o mentira encubierta, ya que que identifica, de manera general y
única, el interés particular con el de índole especulativo, cuya finalidad es la
obtención de mayor lucro. El interés en
salvar la propia vivienda a través de
modificaciones del planeamiento urbanístico es legítimo y tiene amparo legal. Los siguientes ejemplos más sonados de legalizaciones de construcciones ocurridas
en Vigo, casos todos ellos infinitamente más complejos y difíciles: Torres Ifer;
Colina de Castrelos; Aparthoteles Samil; Edificio Jacinto Benavente, etcétera,
contradicen lo manifestado por el alcalde Cabaleiro.
Inquieta la falta de empatía, la
indiferencia insensible, rayana en la crueldad, de
nuestro regidor, a la desgracia de unos pocos vecinos, cuya imprudencia probablemente radique en la
falta de recursos para afrontar los costes profesionales y administrativos que
comporta una licencia de construcción. Quizá considere su Ilustrísima que no
son merecedores de comprensión ni de la molestia de tener que abordar una modificación más del
PXOM. Sin embargo, choca la diligencia con
que ha emprendido la modificación del planeamiento urbanístico para eliminar
los PERI (Plan Especial de Reforma Interior) de San Bartolomé, porque los
propietarios, mucho más numerosos, se quejan de pagar el IBI sin que por ello
puedan edificar en las parcelas mientras no se desarrollen dichas figuras de
planeamiento. La diferente actitud quizá obedezca a razones de interés
electoral.
Aboga, Enrique Cabaleiro, por la redacción de un nuevo PXOM a la altura
de los nuevos retos medio ambientales (qué bien suena), por considerar que cuando se aprobó el
actual llegó ya caducado, lo cual no fue impedimento para que él votase
favorablemente, como reconoció, sin percatarse de la torpeza cometida al
incurrir en flagrante incoherencia. Quizá ese deseado nuevo PXOM se redacte
algún día siguiendo la línea de actuación acordada con los referidos PERI, que
no es otra que condenar a la anarquía edificatoria el área de expansión del Tuy
del futuro, hipotecando irreversiblemente el orden urbano de calles bien diseñadas, y depreciar, al tiempo el mayor valor potencial de las parcelas afectadas.
En fin, oremus…
José
Antonio Quiroga Quiroga
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