La adopción
como imagen corporativa de determinadas figuras consagradas, celestiales o
terrenales, para acogerse a los beneficios de su patrocinio, no certifica su
legitimidad por inveterada que sea esta costumbre y por muy loable que sea el
cometido de la entidad que la hace suya. No solo por su carácter
intransferible, sino, porque difícilmente, imposible puertas de cielo adentro, una
organización social podrá equipararse y estar a la altura de su valedor. Aunque
se alegue que se hace en honor y a mayor gloria de la dignidad escogida, es
innegable que existe cierta apropiación representativa de sus atributos, y todo
a lo que puede aspirar es a deteriorarla. Lo correcto es que cada entidad
diseñe y cree su propia marca o emblema.
La legalidad
del uso de dichas imágenes solo cabe exigirla cuando corresponden a personas,
pues al cielo no se suele pedir permiso; y se obtiene con la autorización del
ilustre, si vive, o con la de sus deudos.
Es muy común, y
legítimo, el uso de personajes ficticios en Facebook, motivos al margen, para expresar opinión o
suscitar debate. Sin embargo, no es legítimo ni legal suplantar a nadie, y
menos, si cabe, a personas honorables o ilustres, cualesquiera que sean los
fines, pero menos si son mezquinos. Un habitual de Facebook, que se asoma a esa
ventana con distintas caracterizaciones, unas veces encarnado en un personaje
de oriente medio llamado, Alí Ben Teupai, versión gnomo-“trasno” del real,
otras, como natural de Tui, bajo la denominación de, Un Mais de Tui, ha tenido
la infantil, imprudente y malévola ocurrencia de hacerse pasar por Archibald
Dickson, cual niño que se disfraza de Spiderman o se pone la camiseta de su
ídolo para sentirse importante e impresionar, en vano intento de no ser
identificado y con el único propósito de causarme daño. Archibald Dickson, capitán
de la marina mercante inglesa, muerto en 1939
en el Mar del Norte al ser torpedeado el barco en el que viajaba por un
submarino alemán, fue el protagonista de un hecho heroico-humanitario durante
la guerra civil española. Archibald incumplió sus obligaciones hacia la naviera
para la que trabajaba al abandonar en el puerto de Alicante la mercancía a
transportar a Orán, y embarcar a 2.638 personas, de entre varios miles, que
huían de las tropas de Franco, corriendo varios y graves riesgos.
Al maestro
enmascarado, natural de un pueblo de Orense, que imparte clases a niños en la
parroquia de Randufe de Tui, no le bastaba con ejercer de impostor para no ser
descubierto, sino que tuvo que recurrir a la mentira sugiriendo que era de
Málaga, pasar por monolingüe, castellanohablante, y mostrar vivos anhelos por
ser maestro. Pero su torpeza le delató. Este personaje de varias caras, utilizó
una de ellas no para redimir a una
compañera de aulas atacando a, un ¿amigo? que había censurado
que ella se burlase de sus alumnos del rural por emplear palabras
híbridas debido al bilingüismo en el que crecen. No, en absoluto, pues se
desinteresó totalmente del motivo de la disputa. Con el extraño pretexto de,
“puestos a hablar,” buscó la incorrección ortográfica de mis espontáneas y
apresuradas líneas, no para quitarme razón, sino para degradarme. Pero resulta
que fue a por lana y salió trasquilado. Sus sesudos y meditados párrafos
adolecían de fallos ortográficos y de sintaxis, que un diccionario no resuelve.
Tan solo necesitaba tomar revancha por haber hecho yo un comentario en uno de
sus “posts” sobre la insustancialidad intelectual de su jefe político Rafael
Cuiña Aparicio, que me borró de su lista de amigos por incómodo. Entiendo esta
actitud en quien abandonó por despecho
el BNG, tras ser desalojado de la cabeza de la candidatura a las elecciones
locales, a la que se había aupado, en alarde democrático tras muy, pero que muy
“petit comité”, y se pasó luego al nuevo partido, Compromiso por Galicia. Entiendo su reacción porque yo solo puedo
ofrecerle charla de bar, y Rafita promoción política. Que es su verdadera
vocación. No hay más que ver cuán volcada tiene su atención en Facebook,
imagino que en detrimento de la calidad de sus clases, como correo a destajo de
noticias y chistes de carácter político, pues opinión propia prácticamente ninguna. Abandone,
pues, declaradamente el magisterio y dedíquese a la política. En ese campo
suelen tener fortuna los mediocres y ruines, aunque, menos mal, no solo éstos.
De la cohorte corporativa de gallináceas y gallináceos que con abstrusos
cacareos y ruidos jaleaban sus patéticas sentencias, solo cabe decir, ¡qué
lastimoso cuerpo docente sufren los pobrecitos parvulitos!. A la Lama con todos
ellas y ellos.
José
Antonio Quiroga Quiroga
Ti sí que confundes intencionadamente o touciño coa velocidade. Sabes que este escrito sólo é un producto da túa imaxinación, que Hipatia e Archibald non son compañeiros de traballo nin son amigos personais.
ResponderEliminarElimina o texto e pide disculpas a unha persoa que nada tén que ver en este discurso.