A raíz de la
aparición de un trabajo de Foro Tvde en la página de TRP en Facebook, que
recoge, exquisitamente descritas, las impresiones de una visita a la catedral
de Tui, y de haber intervenido yo con una apostilla basada en lo que creí haber escuchado a don Ricardo
García, excanónigo fabriquero de dicho templo, que resultó ser errónea, quizá
por haber tomado una parte por el todo, de que los arcos codales de la nave
principal se debían al arquitecto Pons Sorolla, se desató un debate-porfía que
sirvió no sólo para deslindar la verdad
de los hechos sino también para conocer ciertas curiosidades históricas.
La verdad
resultante, al menos la que prevalece por venir de fuentes mejor documentadas,
es que, salvo un arco codal debido a Pons Sorolla, los restantes son de tiempo anterior
al terremoto de Lisboa; y que el libreto, LA CATEDRAL DE TUI, Historia y Arte, editado por Edilesa, incurre en falta
de rigor, al afirmar que todos son anteriores al mencionado terremoto.
Reproduzco, pues, el
argumentario por mí esgrimido, con el añadido del último párrafo del capitulo
XXV: “Terremotos” del libro de canónigo Ricardo Rodríguez Blanco, a quien tomo
por fuente digna de toda fiabilidad dadas sus precisas referencias a lo
recogido en los Acuerdos Capitulares, por
considerarlo de interés para quienes
sienten curiosidad por las vicisitudes históricas que atañen a nuestra ciudad.
1.- Don Ricardo Rodríguez Blanco, canónigo de
la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela, relata en
su libro, impreso en1879 por “El Boletín Eclesiástico”, y titulado, “Apuntes
históricos de la SANTA IGLESIA CATEDRAL Ciudad y antigua Diócesos de Tuy, en el
capítulo XXV “Terremotos” lo siguiente: “Por más que toda la fábrica de la Sta.
Iglesia Catedral sea de muy sólida construcción, sin embargo hubo de sufrir
muchos desperfectos y estuvo expuesta a ser arruinada por completo a causa de
los terremotos y temblores de tierra que en diferentes épocas se dejaron sentir
en esta comarca. Así vemos que, según refiere el tomo IV de los Acuerdos
Capitulares, al folio 399, la pared de la Iglesia que dice hacia el Palacio
Episcopal fue arruinada y se restauró el año 1627; también leemos en el folio
335 vuelto del tomo XIII de los mismos Acuerdos, que en 1732 se apuntaló la
bóveda de la Iglesia que dice a la parte del Claustro, porque se había
resentido.
Así mismo hubo
también de resentirse toda la Iglesia con el horroroso terremoto de Lisboa de
1º de Noviembre de 1755, (tomo XVII folio 78 vuelto y 81 vuelto de A.C.), y
mucho más con el terremoto que se sintió en Tuy el día 31 de Marzo de 1761, muy
semejante en violencia y duración al mencionado de Lisboa, y con ramificaciones
o sacudidas que se volvieron a sentir a las nueve de la noche y tres y cuarto
de la madrugada del día siguiente, como refiere el tomo XVIII de Acuerdos
Capitulares a su folio 216 vuelto.
Con este
motivo la celebración de los divinos Oficios hubo de trasladarse a la capilla
de San Telmo. Por vía de digresión añadiremos que por la tarde del referido día
31 de Marzo, el Sr. Obispo D. Juan Manuel Rodríguez Castañón, con todo el
Cabildo, clerecía y pueblo sacaron la imagen de S. Telmo en procesión por la
Coronilla y Plazuela del convento de religiosas, cantando el Te-deum. A la
mañana siguiente tuvieron procesión general de rogativa con las imágenes de la
Santísima Virgen y San Telmo, celebróse Misa solemne, dio el Cabildo tres mil
reales de limosna a los pobres de la ciudad y parroquias, y prosiguieron
haciendo un novenario y otros ejercicios de piedad y penitencia.
Imposibilitados
el Obispo y Cabildo para reparar los daños ocasionados, pidió éste al Rey el 19
de Abril de 1793 le cediese los setenta mil reales que obraban en poder del Sr.
Villegas, procedentes del fondo pio de varias prebendas y beneficios, para con
ellos poder demoler las torres de la Iglesia. A tan justa súplica concedió el
Monarca en 9 de Octubre del mismo año 1793 para el apeo de la Catedral diez y
ocho mil reales del fondo pio de la diócesis que había existente, con más para
lo sucesivo el importe de la décima del fondo destinado a lactar expósitos en
el mismo Obispado.
Así mismo en
19 de Abril de 1794, la Real Cámara eclesiástica, en vista del expediente sobre
reparos y construcción de la Catedral, encargó al arquitecto residente en la
Coruña D. Fernando Domínguez y Romay pasara a Tuy a reconocer la Iglesia,
proyectase y regulase el costo de las obras, y además practicase las
diligencias necesarias y señalase el sitio más a propósito en el caso de juzgar
necesario hacer el templo de nuevo. Personándose que hubo en Tuy el referido
arquitecto, optó por la erección de un nuevo templo y así lo manifestó al
Cabildo en su dictamen de 29 de Mayo del mismo año 1794. Pero éste,
considerando las dificultades inherentes a la construcción de una Iglesia Catedral y el mucho tiempo que había
de transcurrir antes de verla concluida, resolvió entregar la que veía ruinosa
en manos del Maestro Domingo Novás, natural de Pazos de Reyes, que le prometía
restaurarla con toda seguridad y dársela concluida para el mes de Diciembre próximo,
asegurándole que sólo tendría de coste unos treinta mil reales. En su virtud,
hechas las correspondientes escrituras de compromiso, en el Cabildo de 9 de Agosto
de 1794, se mandó al referido maestro apuntalar la Iglesia y rectificar el arco
toral del Evangelio.
Con tan buena
suerte e inteligencia comenzó el Domingo Novás las obras de la Iglesia
Catedral, que concluyó felizmente la Cepa Toral, la Capilla Mayor y demás obras
de restauración en el mes de Agosto del año siguiente 1795. En su virtud el día
15 de dicho mes comenzaron los divinos oficios en el coro y capilla Mayor,
celebrando muy solemne función con su Divina Magestad manifiesto, y procesión
por la Coronilla, sin que hasta el presente se hayan suspendido ni la Iglesia
resentídose, a pesar de que el día 8 de Junio de 1805 cayó sobre ella un rayo,
que afortunadamente no ha causado desgracias ni daños de consideración.
Agradecido el
Cabildo a este esclarecido hijo de la ciudad deTuy, a este insigne arquitecto
revestido con el humilde título de simple Maestro de Obras, le gratificó con
cien doblones y le dio el título de Maestro de Obras de la Iglesia.
Por
complemento de estas vicisitudes atravesadas por la Iglesia Catedral, diremos
dos palabras sobre las contingencias que ocurrieron acerca de la celebración de
los divinos Oficios. Estos según llevamos indicando veníanse celebrando en la
capilla de San Telmo desde el último terremoto de 1761; mas como el médico D.
Luis de Nóvoa considerase muy contrarios a la salud de los que allí concurrían
los pútridos miasmas que exhalaban a causa de la exhumación de los cadáveres
que se practicaba para apuntalar la Iglesia y edificar la referida Cepa Toral,
lo manifestó así por escrito al Cabildo, y éste en vista de su dictamen en el
de 13 de Agosto de 1794 acordó mudar el coro a la Iglesia de los religiosos de
Santo Domingo, a fin de evitar los perjuicios que podían ocasionarse. Opúsose a
esta mutación el Gobernador eclesiástico, y en vista de su negativa el Cabildo
en 29 de Noviembre del citado año 1794 acordó se obedeciese la resolución del
Sr. Gobernador, continuando el coro en la capilla de San Telmo; pero que se
contase por presentes en él a todos los que por miedo no se atreviesen a
asistir.
2.- Manuel
Chamoso Lamas, en su libro titulado TUY, editado en 1981, relatando estos
hechos y los que siguieron a lo referido por el anterior autor, dice: “A esta
providencial intervención se debe, por tanto que se conserve la catedral de
Tuy. Cierto es que la aparatosa solución de atados en alzado mediante codales
altera la pureza de la estructura de un monumento de tan armónica distribución
y desarrollo; no obstante, el fino trazado, el cuidadoso enlace, la pulcra
ejecución y molduración de estos codales, incluso la diáfana solución técnica
lograda, permite adscribirlos sin reparos a una realidad descriptiva que
disculpa la irrupción en la jugosa concepción de líneas, trazados y
articulaciones, que integran el conjunto, pues su congelada quietud de masas y
posturas invariables se reivindica mediante el ritmo de sus secas formas
angulares. … No bastaron las soluciones de Domingo Novás para asegurar en
dilatado futuro la obra de la catedral, pues ciertos amenazadores movimientos
en cuerpos de alzado y cubiertas obligaron en el año 1948 a realizar una urgente
primera etapa de obras de consolidación por parte del Servicio del Patrimonio
Artístico Nacional, dirigidas por el arquitecto don Luis Menéndez Pidal, que
concluyeron en otra segunda etapa ejecutada el año 1965 por el arquitecto
Francisco Pons Sorolla, culminando en una adecuada consolidación y ordenación
de cubiertas.
3.- En el
libro, Tui, Presente, Pasado y Futuro, publicado en 2006, Miguel Taín Guzmán,
Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela,
dice lo siguiente, “Siguiendo la tónica general de desmantelamiento de las
sillerías de coro de las catedrales españolas en la posguerra como en Santiago
o Lleida, en los años 50 Menéndez Pidal y Pons Sorolla trasladan la sillería
tudense a la capilla mayor, lugar donde se encuentran hoy. En cuanto al muro
del trascoro, se desmonta, desconociéndose con exactitud en qué fue utilizada
la piedra. Eso sí, para evitar los problemas de estabilidad del edificio
catedralicio que, recordemos, habían motivado la construcción del muro en 1630,
se habilitó un arco codal en su lugar, a semejanza a los ya existentes en la
misma nave.
4.- Don
Ricardo García y José Ramón, la persona que, entre otros cometidos, atiende las
visitas a la catedral, me confirman que el segundo arco codal por la entrada se
debe a Pons Sorolla, testimonio que concuerda con lo dicho por el autor
anterior.
José Antonio
Quiroga Quiroga
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