martes, 31 de mayo de 2022

La moda de las peatonalizaciones

          Las peatonalizaciones están de moda, y, como las modas, se imponen con la fuerza incuestionable de un dogma, en todo lugar y en todo tipo de mentes y cuerpos, aunque no favorezcan a todos. Hoy día representan el paradigma urbanístico universal. No rendirse a la moda, cuestionar la bondad, a prueba de bomba, de esta doctrina con fecha de caducidad, entraña el riesgo de ser tachado de reaccionario a lo urbanísticamente correcto.

          Pretendidamente dogmática es la manifestación,  respecto de la peatonalización del Tui tradicional, de quien, como argumento único y bastante al que rendirse, esgrime la acreditación, concedida a sí mismo, de “especialista no urbanismo histórico de Tui”. Además de contradictoria, en cuanto que califica de embudo (“funil”) a las tres vías de entrada-salida de la ciudad: calles Colón; Martínez Padín y Calvo Sotelo- Avda. de la Concordia, pues ve en la proyectada peatonalización la solución de futuro a la “obsoleta red viaria decimonónica non preparada para absorber la circulación de vehículos”. ¿Cómo y de qué manera la peatonalización proyectada mejora la circulación en estas tres vías?; ¿Suma o resta plazas al ya deficitario parque de estacionamiento urbano?

Vista parcial del ámbito del Paseo de la Corredera

          Admite el defensor de la medida que no es abordable económicamente el trazado de nuevas vías de circulación (no ofrece referencias geográficas por dónde discurrirían esos trazados imaginarios, sobre todo porque no existe posibilidad física), de ahí que, bajo su docto criterio, la solución al embudo circulatorio es “copiar modelos (peatonalizaciones) que se están desarrollando en otras localidades”. Pontevedra está muy bien comunicada: la autovía AP-9 y las carreteras nacionales 540 y 541 circunvalan la ciudad. Y muy dotada de aparcamientos en el subsuelo.

          En contraposición a la corriente de copiar de manera descontextualizada las peatonalizaciones, y al objeto de poder vislumbrar los efectos que en la vida ordinaria  causará la restricción de movilidad en la zona, expongo de manera sucinta, además de modesta, una retrospectiva que revela cuán determinantes son  las vías de comunicación comerciales en el desarrollo y sostenimiento de la vida urbana de Tuy, como de cualquier población. De todos es sabido que la C/ Cuenca, situada en la parte más baja del casco histórico, tomó tal denominación porque, en tiempos pretéritos, era el cauce principal del comercio gracias a su proximidad al río Miño (en ella se ubicó la primera aduana), por el que  se transportaban  las  mercancías,  lo cual dio lugar al consecuente establecimiento de artesanos en dicha calle. A medida que  aumentó  el transporte terrestre y fue remitiendo el tráfico en el río, el dinamismo de  dicha calle fue  declinando al tiempo que crecía en el ámbito de la Corredera; hoy en manifiesta decadencia. Se está produciendo en la Corredera un proceso semejante al ocurrido en la  calle Cuenca, que invita a predecir que alcanzará las calles que se van a peatonalizar, una vez que  el obligado eje circulatorio C/ Martínez Padín-C/ Orense segregue y margine  el conjunto urbano que define e identifica la ciudad tradicional; circunstancia que ocasionará el desplazamiento de la moribunda actividad comercial a las llamadas calles nuevas,  únicas en las que existe disponibilidad de aparcamiento, aunque insuficiente para acoger a los vehículos que acuden a Tuy.  

          “Que as ruas volvan as persoas (mejor dicho, que se devuelvan) é una necesidade guste o non guste”, sentencia el valedor de las peatonalizaciones incondicionadas con contundente simplismo, y olvido del desarrollo histórico de las ciudades, en las que desde siempre peatones y carruajes compartieron los mismos espacios. Seguramente esa supuesta necesidad es del gusto de quienes tienen garantizado el modo de ganarse la vida, verbigracia,  funcionarios, mayormente si su trabajo lo desempeñan en población distinta de la de residencia; pero no creo que la sientan, ni sea de su parecer, aquellos propietarios de locales de negocio y  regentes de establecimientos al público situados en las calles objeto de peatonalización.

          La fiebre “peatonalizadora” que emboba al alcalde de Tuy le condujo al delirio de demandar la construcción de un puente peatonal sobre el Miño. Calentura del espíritu que pone en entredicho la sensatez y buen criterio de nuestro regidor.

 

                              José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

 

2 comentarios:

  1. Tiene usted toda la razón señor Quiroga..este sujeto que pusieron como alcalde tiene pocas luces...
    y demasiados delirios de grandeza

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  2. Yo pido un túnel bajo el Miño exclusivamente peatonal que ríase Vd del de Dña Urraca, y que su iluminado sea con energía renovable. Y que lo paguen los propietarios de vehículos, por supuesto

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