martes, 17 de mayo de 2022

Tuy hacia el urbanismo de la contemplación y el ocio

         El alcalde Tuy acaba de anunciar la peatonalización de la no hace mucho arteria circulatoria que recorre el Tuy tradicional. Que permitía  al visitante asomarse y vislumbrar  el importante patrimonio histórico que atesora. En breve solo los residentes y distribuidores de mercancías podrán circular por este vial: calles Augusto Glez. Besada y Calvo Sotelo, encauzándose  el tráfico general por  la calle Orense, eje carente de atractivo que  circunvala  y margina, física y visualmente, el singular conjunto urbano,  seña de identidad local.   

         No acierto a ver la necesidad de tal medida más allá del indispensable ensanchamiento de las  aceras y de la mejora de la estética ambiental y de firmes de este vial de aproximación al corazón de la urbe; ni los especiales beneficios sociales y económicos que puede reportar. Tampoco el alcalde es capaz de señalar ninguno a mayores de los citados limitándose a envolver  la idea con términos de hueca retórica grandilocuente: “será un referente en cuanto al cambio de concepto de movilidad no noso Concello”. Llama cambio de concepto de movilidad a la restricción, al menoscabo de la misma.

                                        Ámbito urbano de medición de longitud de calles         

          Ninguna de las circunstancias que perturban seriamente el normal desarrollo de la vida en las calles de las ciudades medias y grandes: ruidos, contaminación atmosférica e inseguridad vial, derivadas de la congestión del tráfico rodado, cuya solución conduce a la peatonalización de las vías afectadas, concurren en estas dos calles principales que se van a “recuperar y transformar” para uso exclusivo de los viandantes de esta pequeña urbe de seis mil habitantes. Que, por cierto, posee, en términos de longitud, un índice de peatonalización de su red viaria del 32 %,  3,45 km del total de 11 km (medición realizada mediante Google Earth).  Con la incorporación de los viales citados y los ramales anejos; Rosa Bahamonde y Foxo  alcanzará el 40 %;  exponentes en ambos casos de récord nacional si reparamos en que Bilbao, con el 20 %, encabeza la lista de las diez ciudades españolas más representativas con mayor longitud de calles peatonales, registro que  remata con  Palma de Mallorca y Madrid, ambas con el 4 % .

         La sombra de la desertización comercial que se instaló en el casco histórico tudense, ha empezado a extenderse extramuros  alcanzando  el espacioso ámbito del Paseo de la Corredera, “centro neurálxico” (del terraceo, claro) en optimista apreciación de nuestro regidor. Su avance, lento aunque inexorable,  revela discretamente que acabará engullendo el Tuy urbano tradicional, sobre todo si se abandona el urbanismo de coexistencia (Nieck de Boer), de los espacios de consenso entre los diferentes usuarios de la vida pública, vehículos y peatones, en calles donde el tráfico de automóviles,  con velocidad máxima reducida, es bajo y compatible con los usos de estancia, y abrazamos  el urbanismo de la desocupación, del deambular  sin destino concreto,  del ocio y la actitud contemplativa, donde solo puede prosperar la hostelería. Pero de manera muy limitada, porque Tuy no tiene población que pueda sostener más bares, cafeterías, taperías y restaurantes.

         Este gobierno municipal, que no habla ya de la construcción del aparcamiento en el subsuelo de la zona verde central, ni de la resolución judicial que zanjó las disputas entre las empresas candidatas a la explotación  del mismo, ni tampoco de la obligada, aunque en punto muerto, adjudicación a la ganadora,  que de no llevarse a efecto comportaría el pago de una indemnización compensatoria a la empresa, pues parece que el alcalde ya  no es partidario de su construcción, nos sorprende ahora con planteamientos urbanísticos como la peatonalización proyectada, que, por su impacto comercial previsiblemente negativo, no son de aplicación en pequeñas poblaciones, como es el caso de Tuy . Y que lejos de paliar  la carencia estructural de lugares y plazas de aparcamiento, la  agravará ya que la implantación comportará la desaparición de un significativo número de plazas.

          Los vientos políticos no soplan en buena dirección, no puede decirse lo contrario cuando poco o nada se hace por resolver la carencia de aparcamiento que ahoga a Tuy, y, por el contrario, se emprenden peatonalizaciones innecesarias que atentan contra el desenvolvimiento económico asociado al desplazamiento y estacionamiento de vehículos. El futuro no puede encomendarse indefinidamente a los “parking leira” perimetrales, porque tienen fecha de caducidad: un cartel sobre un solar con frente a las calles Orense, A Guarda y Casal Aboy, de los utilizados como aparcamiento de circunstancias, anuncia la próxima construcción de un edificio.  

          Si no hay espíritu ni voluntad de acogida porque se expulsa a los coches de la ciudad,  no pueden esperarse actuaciones encaminadas a darles  cabida.

 

                               José Antonio Quiroga Quiroga

        

 

 

 

2 comentarios:

  1. Urbanismo de pijo progres, de funcionarios que tienen toda la tarde libre para pasear sin desarrollar ningún tipo de actividad económica. Es peatonalizar por peatonalizar, por quedar bien, porque mola, porque suena ecologista, y porque lo pagan los demás.

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  2. Es el paradigma urbanístico universal de los políticos representantes de la progresía populista, del corta y pega sin mayor criterio, porque entienden que está de moda y vende. Lo sorprendente, o no (conocemos cómo se comporta la sociedad tudense), es el silencio imperante.

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