En la arena
de la corrupción política del ruedo ibérico,
todos los días se lidia una res de casta de las principales ganaderías. La
feria nacional, hoy día en su apogeo, se ha convertido en espectáculo de masas.
La fiesta está garantizada por cuanto participa la popular cuadrilla de diestros, maestros todos
en las artes del engaño, encabezada, como primer espada, por Mariano Rajoy, “el
Rajao”; picador, Cristobal Montoro, “el Monteras”; banderillero, Luis de
Guindos, “el Pavo” y los monosabios, Carlos Floriano Corrales, “el Florete de
Cácere” y Dolores de Cospedal, “la Mancha Anga”, o, en diferido, “la Manga
Ancha”. El atractivo de esta colosal feria
radica en el singular peligro que entraña para los figurantes enfrentarse a ganado de la
propia divisa, conocedora de sus tretas y andares, además de a la exigencia
del público que reclama del matador que se arrime al bulto, con el morboso
deseo de que sea empitonado. Pero, ¡oh decepción! el Rajao, ajeno a los silbidos y a la bronca del respetable rehúye cobardemente una y otra vez,
y corre a protegerse tras el burladero, donde, haciendo el Tancredo a cubierto,
fumará los puros necesarios hasta que el morlaco se retire a la sombra de donde ha salido.
José Antonio Quiroga Quiroga
¡¡JA..JA..JA!! MUY BUENO!
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