El controvertido
emplazamiento del nuevo centro de salud es enredo de repetidos despropósitos y
contrariedades. El último contratiempo, aunque menor, son determinados
incumplimientos de normativa del proyecto presentado para licencia de obra. Uno
de ellos corresponde a los servicios higiénicos de uso público, con dimensiones
inferiores a las mínimas exigidas; aunque esta deficiencia se debe a que el
proyecto fue redactado con anterioridad a la recientemente modificada ley
de accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas. Pero el más
sorprendente, porque no tiene explicación lógica, es la ausencia de plazas de aparcamiento,
que la norma de aplicación exige una por
cada 80 m2 construidos. No cabe achacar
la falta de una planta de sótano de aparcamiento, servicio básico y fundamental
en la distribución organizativa y funcionalidad de un centro de salud, al desconocimiento
profesional u olvido del técnico redactor del proyecto, sino atribuir dicha
carencia a una estrategia de explotación comercial del necesario aparcamiento
en el subsuelo del área municipal aneja.
Para quitar
importancia al asunto el alcalde declara que el Sergas dispone de diez días
para subsanar las deficiencias. Plazo que no tiene mayor trascendencia, al margen de la
imposibilidad de su cumplimiento, en cuanto que, de no presentarse las
correcciones en tiempo, se considera desistida la petición de licencia, se
paraliza ¿? el expediente y se declara la caducidad a los tres meses. El Sergas
solucionará fácilmente el problema de mínimos ubicando las 38 plazas exigidas en
la superficie libre de solar sobrante, o echando mano, si fuera preciso, del
terreno perteneciente al Área Panorámica. Pero este recurso no es medida
satisfactoria siquiera para cubrir las necesidades logísticas de aparcamiento del
centro y del personal adscrito. Sospecho, pues, que esta inexplicable
deficiencia responde al interés particular de la empresa que construya el aparcamiento
subterráneo en garantizar la
rentabilidad de la explotación asegurando un fijo de clientes de entre los
trabajadores del centro y los usuarios del mismo.
Si el centro
de salud se construyese en lugar menos céntrico y en terreno de superficie
abundante, se obtendría la ventaja, además de la de construir un parque
ajardinado sin perjuicio de que se construya un aparcamiento en el subsuelo, de
que se liberarían plazas de aparcamiento de las calles del entorno del actual aparcamiento
municipal que necesariamente ocupan a diario los numerosos usuarios de dicho
centro, y quedarían libres para aquellos que acuden al centro para realizar
gestiones y compras. Resulta chocante, al tiempo que frustrante, la aparente
indiferencia de la renovada Asociación de Comerciantes, un globo, dos globos,
tres globos, ante un proyecto, de consecuencias negativas irreparables, que
rechaza una incontestable mayoría de ciudadanos
representada por 2.000 firmas de un muestreo de aproximadamente 2.500
consultas sobre un total de 17.000 habitantes.
En demagógicas
palabras del responsable de hipotecar Tuy,
cercenando la anchura de la Avda. de la Concordia al adelantar la línea
de edificación, de frustrar la
posibilidad de ensanchamiento de la calle Colón, y del doblemente quebrado trazado y estrangulamiento de la calle Hnos. Maristas
(“fue el aparejador municipal que se equivocó al dar la línea”), dos mil firmas
de rechazo distan mucho de las necesarias 8.500 para considerarse “clamor popular”. No
satisfecho con su abrumador palmarés urbanístico, pretende redondearlo ahora, y
de paso dar satisfacción a su antigua pretensión, luego desbaratada, de
construir un edificio (de viviendas) en el solar de la antigua plaza de abastos
(aprobación inicial del PGOU), con su decisivo apoyo (cuatro votos del total de
seis) en favor de que el nuevo centro de salud se construya en la estrecha y congestionada calle de Casal Aboy.
Ese acuerdo plenario, tomado en consideración de seis votos favorables de dos
grupos de la oposición, de siete
abstenciones del grupo de gobierno (aunque manifestando que no le gusta el lugar) y
cuatro en contra de los otros dos grupos restantes de la oposición, sí que no es representativo,
queridísimo ex. Pero ahí está, y camina, por derrotero equivocado, con paso
decidido. El hecho de que el gerente del Sergas acepte una demora de siete
meses para que el Ayuntamiento ofrezca mejor ubicación, o que la subdirectora
de Investimento diga que la licitación la obra no es obstáculo para rectificar si
hay voluntad política, no va a ser oportunidad que quiera aprovecharse. Esta decisión, de escaso respaldo, no se toma
para beneficio de Tuy, sino para particular del alcalde, pues de lo que se trata es salvar un mandato
irrelevante vacío de contenido, acorde
con la personalidad del regidor; pues no en vano ha dicho: “lo importante,
es que se haga el centro de salud”, como
si alguien pretendiera lo contrario.
Este gravoso
enredo para las arcas municipales, comienza con una desafortunada, en lo
económico y en su fin, permuta de
terrenos del Ayuntamiento por un solar en Cam Fran con un edificio que, lejos
de ser una ventaja, resultó una carga insalvable porque sus características
estructurales no se adaptan para albergar un centro de salud moderno. Tampoco
la parcela que lo alberga tiene superficie suficiente según manifestación del
Sergas. Continúa con otra desventajosa permuta de terreno municipal residencial por
parte del terreno colindante con el actual ambulatorio, valorado en 520.724 euros;
la compra del resto de terreno por 354.402 euros; y el derecho de vuelo
(superficie construible restante sobre otra existente) correspondiente a un
bajo con fachada a la calle Camilo José Cela, por valor de 83.952 euros, con el
compromiso contractual de abonar al propietario del bajo la cantidad de 60
euros por cada día que transcurra, a partir de la fecha 19 de marzo de 2014,
sin que las obras de ampliación de dicho ambulatorio hayan finalizado. Esta operación
resultó estéril ya que el Sergas, con buen criterio, rechazó construir encima
de una propiedad ajena. Y termina, para infortunio de la ciudad, con la
decisión de llevar adelante un pobrísimo acuerdo plenario, en el cual el
gobierno hizo dejación de funciones al abstenerse, de construir el centro de salud en la estrecha calle de Casal Aboy, saturada de tráfico
por concentración de servicios: Área Panorámica, Centro Social, Escuela
Infantil, Instituto de Enseñanza Secundaria, Escuela de Idiomas, Oficina de
Empleo, supermercado Froid y, muy cerca, la Plaza de Abastos.
¿Qué fatalidad se cierne sobre Tuy para
que su destino esté últimamente en tan torpes y perniciosas manos?
José Antonio Quiroga Quiroga
NOTA: Espero que este escrito, y sucesivos, no aparezcan en la página
de Facebook de la que me he ido gracias a un providencial empujoncito de ánimo.
Cómo copia la información del PSDG PSOE sin hacer referencia a su trabajo?
ResponderEliminarCreo que vale la pena que si salga en todos los medios posibles, es necesario limar asperezas....
ResponderEliminarNo vale la pena discutir y cerrar puertas por susceptibilidades...
ResponderEliminarSi no tuviera tan mala baba, hasta llevaría razón.
ResponderEliminar¿Llevar razón? ¿Qué razón? En el supuesto de que tenga alguna, es independiente de que tenga o no mala baba.
EliminarEstoy de acuerdo con lo de que debería salir en todos los medios posibles y con que hay que limar asperezas, ya somos adultos y seguramente lo sufucientemente tolerantes para hacerlo.
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