El gobierno
municipal de Tuy pretende dar la nota, no solo en Galicia sino en Europa, con
el lujo cultural y económico de la creación de una orquesta sinfónica, tocando la tecla
del viejo orgullo latente, que aguarda su rescate, de un pueblo que ha sido mucho históricamente y
que sueña con volver a ser. En palabras del alcalde, “sería la
sexta de Galicia, y la primera de Europa de una Eurociudad, que no es
asunto menor”; como, en expresión de Rajoy, la cerámica de Talavera, que es
asunto mayor.
Y tanto para la
pequeña capacidad presupuestaria de un ayuntamiento de menos de 20.000
habitantes. Si ya chirrían las arcas
municipales cada vez que se abren
para sacar 300.000 euros anuales para un
conservatorio sobredimensionado, con razón se resentirán sus fondos para
atender el coste de una orquesta sinfónica. Por lo pronto, Valença no está interesada en una
“Eurosinfónica”. Algo parecido a pretender que el Tyde club de futbol milite en
primera división. Le sucedería como al Compostela, que se quedó en el “Compos” de tercera categoría
al faltarle la tela. A mayores del prestigio que ello supondría para Tuy, el
alcalde justifica su creación “porque, como los estudiantes pagan sus tasas,
hay que darles salida profesional”. Ningún centro de enseñanza, público o
privado, universidad incluida, contempla entre sus deberes la obligación de
ofrecer empleo a sus titulados.
Ensayo previo al estreno oficial de la Orquesta Sinfónica de Tuy |
Puestos a dar notas, el alcalde dio la disonante en su alocución como invitado de honor a la cena del 135 aniversario de la Banda de Musica, al menospreciar al director de la misma deseando “que la banda tenga pronto un nuevo director”.
Los tudenses
somos testigos desconcertados ante la contradicción existente entre la queja constante de falta de dinero, para
inversiones en infraestructuras (40.000 euros se presupuestaron en 2016 a este
fin) y para atender servicios básicos (actualmente es noticia la queja de la policía municipal de
falta de personal y precariedad de
equipos e instalaciones), y la prodigalidad de gasto en fastos y la creación de
una orquesta sinfónica, muy defendible en cuanto excelencia cultural, pero fuera del
alcance de lo razonable económicamente. Como referencia a la que atenernos en
cuanto a tomar conciencia de la dimensión y capacidad del ayuntamiento de Tuy,
y a propósito de la ley de Estabilidad
Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera en las entidades Locales, utilizada como escudo de conveniencia por el gobierno
municipal, conviene reparar en que la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local
determina, sin perjuicio de que, en principio, todo municipio puede promover
toda clase de actividades y prestar cuántos servicios públicos contribuyan a
satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal, qué servicios
deben prestar los ayuntamientos en función del número de habitantes. Que, para
las categorías de menos y de más de 5.000
habitantes, e inferiores a 20.000, son muy básicos.
La
insostenibilidad del actual conservatorio era criterio que compartían el Gobierno
anterior y la Oposición, hoy en el
poder. Sin embargo, el actual abraza con
entusiasmo lo que antes criticaba con dureza. El populismo siempre ha sido
tentación en la que suelen incurrir la mayoría de políticos para mantenerse en
el poder; que les lleva a sacar los pies
fuera del tiesto en su afán de ampliar
su campo de acción y ser noticia casi a diario en los medios de comunicación. Tratan de contentar a las
masas con subvenciones y entretenimiento y desatienden lo fundamental, que posibilita
el desarrollo y la prosperidad. No hay más que ver el estado de letargo al que Tuy
parece condenado.
José
Antonio Quiroga Quiroga
Se escribe Tui.
ResponderEliminar