El rimbombante sobrenombre, Eurociudad, o
ciudad de ciudades, es una etiqueta de conveniencia, de reciente creación, cuya
diferencia respecto del clásico y candoroso hermanamiento está en que se
establece formalmente un protocolo de cooperación y que conlleva mayor compromiso
en los objetivos, pero, en todo caso, es un convenio de similar alcance. Por ello, para empezar, obliga a las
partes a aportar al proyecto común una cantidad anual. En el caso de la eurociudad
Tuy-Valença cada ayuntamiento aporta 50.000 euros. En España existen la eurociudad Vasca, Bayona-San Sebastían, constituida hace
veinte años, con el objetivo de agrupar a las ciudades a ambos lados de los Pirineos
que comparten la misma lengua; además de la de Ayamonte y Verín-Chaves.
Suena redundante dentro de la Comunidad
Europea llamar eurociudad a simples cofradías de ciudades de distintos países;
a la vez que, y sobre todo, pretencioso, en cuanto que tal nominación conlleva
la engañosa presunción de altos estándares de calidad de vida. Tuy es,
lamentablemente, ejemplo de cuán ilusorio resulta tal suposición. Bastan
algunas elocuentes imágenes tomadas en el mismo corazón de nuestra “flamante eurociudad”.
Al margen del postinero título de eurociudad,
Tuy es, esencialmente, ciudad milenaria, si bien sus señas de identidad están en franca
regresión ya que, por falta de peso político, camina lastimosamente hacia el prosaico destino
de pueblo, más o menos grande. La causa matriz radica en que una mayoría
ciudadana es muy poco o nada exigente a la hora de elegir a sus representantes,
quizá porque todo lo encomienda a la providencia, llámese ésta Diputación,
Xunta, Apóstol Santiago o Altísimo. Así
vemos como, elección tras elección, el nivel de los corporativos empeora hasta
el alarmante extremo de que, en la
actualidad, nuestro futuro está en manos
de un gobierno compuesto en buena parte por alguaciles, por mandados sin cualificación,
sin ideas ni capacidad de iniciativa para gobernar una ciudad. Una de las
graves consecuencias derivadas de gobiernos vulgares, por irreversibles, son
los desastrosos planes de ordenación urbana, encargados, para mayor infortunio,
a un no urbanista mercenario del partido
habitual en el gobierno, y que, entre otros destrozos, han estrangulado las dos
principales vías de penetración a Tuy, la C/ Colón y la Avda. de la Concordia.
Planes desestructurados, a mayores del funesto aplazamiento del Plan de
Protección del Casco Histórico, que no han ordenado algo tan fundamental como
la previsión y distribución de espacios
para equipamiento urbano: edificios administrativos, de servicios y lugares de
convivencia. Esta oscura perspectiva de carencia de espacios ha sido empeorada al
haber vendido el Ayuntamiento todo el suelo proveniente de la cesión del 10% de
los aprovechamientos urbanísticos tipo de las Áreas de Reparto y PERIs, en
lugar de reservarlo para dichos fines.
Con estrecheces e improvisación se
acondicionó un bajo para el juzgado nº 3,
y con apreturas se ubicó la escuela infantil. Hoy nos enfrentamos al problema
de emplazamiento del Centro de Salud prometido. Si no se remedia, se levantará
en el actual aparcamiento municipal, cuyo entorno inmediato concentra excesivo
tráfico por acumulación de servicios, a
saber: Área Panorámica; Instituto de Enseñanza Secundaria y Escuela de Idiomas;
Escuela Infantil; Pabellón deportivo; Centro de la Tercera Edad; un Supermercado
y Plaza de Abastos.
Analizando la planificación con perspectiva
de futuro se concluye que el Centro de Salud deber construirse en lugar tranquilo
y de acceso despejado, y el área ocupada por el aparcamiento municipal, por su
centralidad, es el lugar ideal para construir un parque para descongestión y
esparcimiento, pues Tuy, como toda ciudad que se precie, necesita tener uno. A
este respecto un grupo de particulares comprometidos con el destino de nuestra
ciudad, han emprendido una campaña de recogida de firmas (yo ya he firmado) a favor de un parque
en dicho lugar y en contra del emplazamiento previsto para el Centro de Salud.
Queda por resolver la dotación de un
aparcamiento general. Además de que es perfectamente compatible un aparcamiento
en el subsuelo del parque, propongo, a mayores, la construcción de uno en
plantas escalonadas en los terrenos ocupados por las piscinas municipales y
áreas deportivas del Casino, con entrada por la Avda. de la Concordia. Esta
solución, de ejecución sencilla, permite la cobertura vegetal de su superficie,
la instalación de pistas, y posiblemente la ubicación de una piscina.
Vean, para ilustración, el gusto marujón por lo menudo y fracionado, de
nuestros gobernantes y su concepto de zonas verdes en las siguientes imágenes, que impiden la instalación de terrazas, y luego se instalan en la calzada, y, por el contrario, las actuaciones de la otra media naranja de la eurociudad:
PARQUE EN VALENÇA
En los últimos veinte años el Ayuntamiento de
Tuy gastó, actualizando importes, del
orden de 180 millones de euros; 30 mil millones de las antiguas pesetas, y
salvo la red de alcantarillado en las parroquias, financiada prácticamente en
su totalidad con fondos europeos, pues no en vano es exigencia europea disponer
de este servicio para conceder licencia de construcción, no se puede decir que
nuestro municipio haya experimentado cambio perceptible hacia mejor. Diría que
permanece varado en el tiempo, y que los gobiernos habidos trabajaron como el
motor de un vehículo en constante régimen de ralentí, que consume todo el
combustible que se le proporciona pero que no se mueve.
Confío, pues, que la constitución de la
eurociudad Tuy-Valença, con el mismo grado de incertidumbre con el que se expresó el
Gobierno gallego, “que confía que pueda atraer fondos de la Unión Europea”,
sirva para algo más que para organizar conjuntamente cabalgatas de reyes, eventos
lúdicos-folclóricos, posar para la prensa y afianzar en el error a Faro de Vigo de que Tuy es ciudad
transfronteriza, y no fronteriza, ahora que la ciudad de ciudades nos sitúa a
caballo de dos países. De momento, salvo intervención sobrenatural lo único que
trasciende, que traspasa la frontera, que tiene proyección internacional hasta la otra orilla
del río Miño, son los conciertos entre ambos municipios.
José
Antonio Quiroga Quiroga
ROGATIVA: Te suplico Señor, que sientes en el
banquillo de la oposición o, mejor aún, despidas a este Moisés tuercebotas y pongas
en el puesto a alguien competente. Eso sí, Señor, a título de oportunidad, y aunque
solo sea por una vez, que el elegido no sea de Tú partido.
Para empezar se escribe Tui. Dudo mucho que sea perjudicial La Eurociudad. Y con resecto al "futuro" ambulatorio, no se pueda construir en la parte trasera del área panorámica.
ResponderEliminarY considero que es muy populista tu discurso. Porque de toda una ciudad poner 4 fotos del mismo lugar .. Me parece lamentable.
Sin duda, empiezas con un argumento de peso, tanto que anulas toda mi credibilidad. Yo no digo en mi escrito que sea perjudicial la eurociudad. Del "futuro ambulatorio" no se entiende lo qué dices. Ahora bien, si para interpretarlo es necesario volver, pese al punto, a la frase anterior, entonces te contesto que tampoco digo que no se pueda construir, sino que entiendo, como otros muchos, que no es el lugar adecuado. Respecto de si mi discurso es populista, solo puedo decir que es opinable, y que está resultando muy popular a juzgar por el número de visitas en mi blog. Populista es que el alcalde diga en RMT que la eurociudad (Tuy) está en perfecto estado de revista.Si prefieres que ponga más fotos, sobran motivos, y no hay más que visitar Tui Ruegos y Preguntas para comprobarlo. Si ocurriese que Tuy está descuidado en un solo lugar, muy fácil sería acondicionarlo para que estuviese decente. Además, lleva así veinte años.A mí me parece lamentable defender el desorden y la decadencia que tan mala imagen reportan a Tuy. ¿A quién defiendes, al gobierno municipal o a Tuy? Acepto y tengo razones para respaldar el anonimato, y no por ello los argumentos se devalúan, pero te digo, sinceramente, que puedes aparecer con tu propia identidad si te place, pues yo no tomo represalias ni tengo poder para llevarlas a cabo. No sé si me explico.
ResponderEliminarContestando con mayor compromiso, respetable anónimo, a tu argumento de peso, que sitúas en la "pole" de salida de tu rango de inquietudes, te digo que muestras gran afán en sacarle brillo a la "i" latina, que tanta gloria y esplendor da a nuestra ciudad, al tiempo que desconsideras, o tratas de ocultar, como si de algo sin importancia se tratase, la deshumanización, decrepitud y mugre permanente en el centro de la eurociudad. Fotografiando y comentado este lamentable e inaceptable estado de cosas, no trato más que de abrir los ojos de la gente de mirada acostumbrada a la cochambre, que no se percata de ella a fuerza de cotidianidad, acostumbrada por familiaridad también a soportar y a votar a gobiernos vulgares hasta el bochorno. Mis razones tengo para escribir el nombre de mi ciudad con "y" griega. Si tienes curiosidad en conocerlas te remito a la entrada de este blog titulada: "Tuy versus Tui". En fin, sigamos, pues, cada uno por su camino; tú, en tratar de mantener limpio el estandarte virtual de la denominación escrita, y esconder la basura bajo la alfombra, y yo, en procurar que se arreglen las cosas desagradables e indignas, pero reales, que tenemos que sufrir no se sabe por cuánto tiempo.
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