A la vista del
burdo y obsceno juego de réplica y contrarréplica que se traen los dos partidos
que alternan o se turnan en el gobierno, diríase que no representan a nadie más
que a ellos mismos. Basta con ver como el
partido en el poder, ante acusaciones
sobre prácticas supuestamente irregulares, o simplemente desafortunadas,
planteadas por el principal partido de la oposición, responde sistemáticamente devolviéndoselas
al interpelante, sin mediar explicación o justificación alguna, con el
antidemocrático ánimo de acallarle alegando falta de autoridad moral para
exigir responsabilidades por haber cometido con anterioridad los mismos pecados.
Y como éste, acomplejado, flaquea y opta por no contraatacar para no remover más
las cosas, quedando así la ciudadanía huérfana de toda aclaración salvo la
certeza de asistir a un espectáculo bochornoso en el que el nivel de
legitimación de la actuación gubernamental se establece, a la baja, por comparación
con el peor de los registros del partido rival.
Las explicaciones,
cuando se rinden, no se deben dirigir, en exclusiva, a la persona o partido que las pide en cuanto organización
política, sino, en primera instancia, a quienes representa y, por extensión, a
quienes se las debe: a los votantes del
propio partido y a toda la nación que
está bajo su gobierno. Cabría esperar, por tanto, que el parlamentario noqueado
por el propio bumerán, desembarazándose del lastre del pasado, reaccionase
diciendo que sus culpas y las del partido ya fueron expiadas al haber sido
desalojados del poder, y exigiese las pertinentes en nombre de la ciudadanía.
Pero a tal ejercicio de honestidad y franqueza parece que ningún partido está dispuesto a
someterse temeroso de quedarse con el sambenito.
A nadie puede
extrañarle, pues, el desplome en intención de voto que sufren actualmente los dos grandes partidos que han gobernado
España en los últimos treinta años. Quienes tomando como referentes patrones de
conducta, errónea o ilícita, seguidos
por sus predecesores, y los repiten, les
aguardan dos destinos: el pelotón de los torpes en la bancada de la oposición,
o la cárcel.
Muy bueno este articulo. Para mi gusto sobran algunas palabrejas un tanto "rebuscadas", enhorabuena....
ResponderEliminarGracias por el elogio. Tienes razón acerca de las palabrejas un tanto rebuscadas. Es uno de los constantes defectos que tendré que ir corrigiendo.
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