La sentencia de McLuhan, sociólogo de la comunicación, “el medio es el mensaje”, sostiene que el impacto de una noticia se debe en mayor medida al medio que la difunde que al contenido de la misma. Cambiando los medios de comunicación por personas, en la publicidad de festejos cabe inferir que el pregonero es el pregón. La relevancia social del pregonero actúa como pregón. Pero una figura de renombre raramente está al alcance de los ayuntamientos pequeños, que optan por segundones, personajes habitualmente de la farándula propensos a la gansada. Valga como ejemplo Luis Zahera, pregonero este año de la fiesta de la Sementeira, de la parroquia de Orzáns de Salvatierra de Miño, que, criticado por no acordarse siquiera del nombre del lugar ni del festejo, se justificó diciendo: “ahora no se llevan los pregones sino pintar la mona”.
Pintando la mona en la Plaza de Abastos de TuyEl actual gobierno municipal de Tuy ha abandonado la tradicional elección de pregoneros locales, pagados con el honor de ser nombrados, por la contratación de mercenarios ocasionales para estos cometidos, y por las puestas en escena simplonas y populistas al aire libre, para anunciar el comienzo de las fiestas patronales de San Telmo. El pregonero de esta fiesta de 2025, un monologuista, cuya intervención la realizó en el porche de la plaza de abastos, con un relato improvisado (momentos antes tenía previsto referirse a los tiempos del “bacalhau”) y apartado de la misión de todo pregonero de ensalzar los atractivos municipio y de su fiesta, e ), de tono frívolo y descomprometido, permitiéndose críticas burlonas respecto del estado de determinados espacios de la ciudad, la misma que le ha pagado 1.650 euros, por veinte minutos de lamentable cháchara, en chocante contraste con la solemnidad de la clásica lectura del pregón celebrada en un marco formal y llevada a cabo con empaque y grave disposición de ánimo del elegido.
En tiempos de Internet, herramienta que ha revolucionado las comunicaciones, el pregonero es una figura arcaica utilizada exclusivamente para enriquecer la escenografía ceremonial; como lo es la reina de las fiestas, suprimida en Tuy porque hería la particular sensibilidad feminista de la concejala del BNG al entender que con esa representatividad simbólica sofocaban las legítimas aspiraciones de las mujeres. En nada contribuye a la vistosidad de las fiestas el desvestirlas de rituales escenográficos que las enriquecen para dar paso a la ramplonería formal.
Ya que la incidencia publicitaria del pregonero es prácticamente insignificante, más vale elegir como pregoneros, por representatividad, implicación, prestancia protocolaria y economía, a personas vinculadas con Tuy, que a popularidades descomprometidas sin otro interés que el remunerativo.
José Antonio Quiroga Quiroga
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