A la vista de la insensible obra de “humanización” de la Travesía de Santo Domingo (Tuy), diríase que en la parte alta del recinto histórico de la “Colina de Piedra” tuvo lugar una erupción volcánica cuyo magma de hormigón está cubriendo, inexorablemente si la Administración competente no lo remedia, el recorrido de este entrañable camino en pendiente que discurre entre muros protegidos de mampostería, que conduce y desemboca en sentido descendente en el monumento nacional o iglesia que le da nombre.
La desolada aridez de este reguero ceniciento de hormigón, que ahoga cualquier asomo de brote verde en su pulida y anodina superficie, contrasta bruscamente con los materiales, permisivos con la vida vegetal, e impronta ambiental característicos de los muros de mampostería que lo flanquean, y rompe de manera desconsiderada con el tradicional carácter y armonía de este ámbito patrimonial.
Tramo superiorCuesta creer que la Consellería de Cultura bendiga este tipo de intervenciones que destruyen el encanto propio de los ámbitos tradicionales e históricos, convirtiéndolos en indiferenciadas ramplonerías, pese a que el alcalde sostenga que los informes sectoriales de esta obra son favorables. Cuando las cosas son contestadas por la ciudadanía, o salen mal, el alcalde, Enrique Cabaleiro, acostumbra a declararse profano en la materia, y a escudarse en los técnicos redactores, derivando la responsabilidad política en estos indefensos chivos expiatorios, no exentos de incurrir en incompetencia y extravagancias, salvo cuando son funcionarios.
Todo alcalde debe poseer criterio propio que le permita establecer las directrices fundamentales de todo proyecto que pretende llevar a cabo. Corresponde, pues, a los profesionales la redacción de los proyectos, y al regidor y equipo de gobierno la supervisión y ajuste a las bases de partida . De entrada, el alcalde no debió aceptar que el proyecto de humanización de la Travesía de Santo Domingo contemplase el firme de hormigón, de marcada evocación industrial, ni enviarlo a Patrimonio porque se aparta de las recomendaciones recogidas PEPCHA (Plan Especial de Protección del Casco Histórico) en aras de la preservación de los valores ambientales.
José Antonio Quiroga Quiroga
No hay comentarios:
Publicar un comentario