La búsqueda
del rédito electoral como fin en sí mismo parece ser el principio irrenunciable
y primero de todo partido político, ya sea para alcanzar el poder o para
conservarlo. En tal perversión moral se asienta la ejecutoria política para menoscabo del bien general.
Nada nuevo, pero que se reaviva y se hace
patente con el respaldo político, sobre
todo del PSOE de Tuy, a la petición de vecinos de San Bartolomé de eliminar los
Planes Especiales de Reforma Interior (PERI) y sustituirlos por la Ordenanza 4
del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que permite la construcción de
vivienda unifamiliar, aislada o adosada, si se dispone de parcela y frente a
vial público suficientes. Esta “ordenación” alternativa, en suelo urbano de
expansión de la ciudad, supondría un salpicado inadmisible de casas a lo largo y
ancho de una red irregular de caminos
más o menos tortuosos, no muy diferente del modelo de núcleo rural.
Los vecinos,
incapaces de gestionar el PERI, alegan que pagan el IBI por los terrenos, pero
al no estar desarrollada esta figura urbanística no pueden construir. Sin
embargo, dicho impuesto, con peris o sin
ellos, tendrán que seguir pagándolo. La parálisis constructiva, tras el
estallido de la burbuja inmobiliaria, que se presume larga, no hace más
ventajosa la Ordenanza 4 respecto de de los peris.
Tampoco el tiempo de tramitación de la modificación puntual del PXOM,
superior a dos años, debería animar al cambio, pues durante ese tiempo estarían
suspendidas las licencias de construcción
en dicho ámbito; aparte de que comporta un gasto que no se puede considerar
irrelevante.
La postura
vecinal, comprensible desde el punto de vista del interés particular y privado,
no es aceptable desde la perspectiva del superior beneficio público y general. Aceptar
dicha pretensión significa el abandono de
la responsabilidad de ordenar el espacio urbano y de prever el crecimiento racional y armónico de
la ciudad, a riesgo de hipotecar, de manera irreversible, cualquier
propósito futuro de mejora de las infraestructuras urbanísticas, que tanta
incidencia tienen en el desenvolvimiento de la vida en comunidad. Cuando el
urbanismo se deja al arbitrio de la gente, se establecen indeseados y muy inconvenientes precedentes
(en Tuy hay más peris que el de San Bartolomé), que dado el populismo creciente
podrían desembocar en un nefasto urbanismo a la carta.
Los
ayuntamientos, como agentes de planificación y ordenación del municipio, tienen
capacidad legal para promover los PERI;
y sería muy provechoso que, sin perjuicio de la posterior ejecución de
obra, se decidieran a llevar adelante al menos
la tramitación administrativa. Pero para ello, aparte de voluntad política, es necesario disponer de los recursos
suficientes; pero que, ahora mismo, no los hay ni puede haberlos si se sigue en
la senda de complacer los caprichos o cortedad de miras de todos aquellos a los
que se les supone fuerza electoral o de oposición a tener en cuenta.
En este
momento que están pendientes de aprobación los presupuestos de Tuy, descorazona
el ver cómo los partidos de la mal llamada oposición, y grupos de vecinos
afines y en general, pugnan porque se atiendan sus demandas, algunas netamente
frívolas, que en nada contribuyen al progreso del municipio, bajo advertencia
del voto en contra de los primeros, y la desafección de los segundos. Es
evidente que buena parte de las reclamaciones de dichos corporativos se
formulan con el fin único de ganar
adeptos o de conservarlos. De ahí que cualquier oportunidad, al margen del
grado de irresponsabilidad de la estrategia, es válida. El PSOE, por ejemplo, exige
que se aumenten las subvenciones a las
“entidades colaboradoras”, eufemismo de ocasión con que denomina a las
asociaciones culturales; y Son de Tui
pide partida para compra de material deportivo para el centro municipal de
piragüismo y de remo (con tanto podio, tanta victoria y tanta medalla, Tuy empeñado en seguir muriendo de éxito).
¿Que a Tuy le
falta color, como dijo el exconcejal de Ciudadanos Tudenses con ocasión de las
elecciones municipales pasadas, además de alegría?, como acaba de manifestar
este político, de privilegiada capacidad de análisis, y culo inquieto, ahora
integrado, tras previo desembarco e inmediato naufragio en el PP, en el partido
naranja C´s; pues nada, hagámosle caso, que la solución es sencilla: unas
cuantas manos de pintura, deporte y mucha fiesta.
José Antonio
Quiroga Quiroga
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