Con mayor o menor rigor y fortuna, al amparo de la normalización lingüística, se adaptó al gallego el nomenclátor del callejero tudense. Con el cambio, la denominación Paseo de la Corredera pasó a llamarse Paseo da Corredoira, traducción o remisión al origen del vial de dudosa fiabilidad, además de contradictoria en los términos en cuanto que el concepto de paseo está reñido dimensionalmente con la definición de corredoira: “Camiño de carro, estreito e profundo, que discorre entre valados ou outras elevacións do terreo”.
Se sabe que la denominación “corredera”, que rotula determinados espacios públicos de algunas ciudades españolas, se debe a que en ellos se corrían los caballos de las ferias de ganado para probarlos. Desde tiempo inmemorial, hasta hace no mucho, en Tui se venían celebrando ferias de ganado en lugar muy próximo al actual Paseo de la Corredera, hoy Plaza de Galicia y superficie aledaña; de ahí que, en principio, parece consecuente el nombre dado al Paseo por excelencia de Tuy.
Con ocasión de un escrito de un historiador local publicado en Facebook en que se menciona a “Ponte Nova da Corredoura” en la parroquia de Pexegueiro, y dada mi disconformidad con la denominación de “corredoira” dada al Paseo referido, le pregunté por su opinión respecto de la aparente falta de lógica. No se pronunció sobre la misma, pero me remitió acerca de su posible origen a una nota del historiador Ávila y La Cueva que refiere textualmente el vial como “Corredera”, como también a la transcripción de un protocolo de 1371 de un tal Nuno Gonçalves, que reproduzco, en la que aparece la palabra “corredoyra”, vocablo portugués antiguo que derivó en “corredoira”, para referenciar la ubicación del primitivo convento dominico de Tuy:
Pero la palabra “corredoira” tiene en portugués un significado diferente a la homógrafa en gallego, que el “Dicionário Infopedia da Lingua Portuguesa” define así: “Rua larga (en español, ancha, amplia) e direita, propia para corridas.
Procede advertir que perdura la duda acerca de la ubicación real del antiguo convento dominico (fundado en 1272-1274), que distintas fuentes sitúan en otros tantos emplazamientos. Carmen Manso Porto (historiadora del arte) recoge en la publicación: “El convento de Santo Domingo de Tui en la España sagrada de Enrique Flórez” que Vila (Suso) lo sitúa extramuros, en el camino público que iba de la puerta de la Corredoira (antiguo arrabal) para San Giao dos Malatos (San Julian de los leprosos o gafos), que entonces se denonimaba Camino de arriba.
Nada invita a presuponer que un convento se edifique “a la par” de una corredoira, entendida como camino de carro, estrecho y profundo, ni que se acceda a un arrabal urbano por un vial tan precario.
Aparcadas las suposiciones, tan frecuentes en los relatos históricos, me atengo a la certeza de que la nueva denominación no hace justicia al magnífico Paseo de Tuy, lo desmerece. Sugiero, por tanto, que el Ayuntamiento reconsidere la denominación dada al tradicional Paseo de la Corredera en atención a rotularlo con arreglo a la dignidad que le corresponde.
José Antonio Quiroga Quiroga