miércoles, 5 de junio de 2019

El adiós de la Chorima


Con la renuncia al acta de concejal del fundador, secretario general y verbo encarnado de C 21 por el mal resultado en Tuy, único ayuntamiento en que este partido ha obtenido representación en las tres convocatorias que ha presentado candidatura a la alcaldía, se despide Carlos Padín de la política y se trunca abruptamente su sueño. Desde el inicio de su creación, para “hacer marca”, pero en andrajos, C 21 apuntó demasiado alto: concurrió, por la circunscripción galaica, a las europeas, generales y autonómicas,  con el horizonte marcado de, “en veinte años en la Xunta”. Soñaba la alma mater del partido de la chorima, que la geografía política autonómica acabaría  cubriéndose de amarillo con la naturalidad y arraigo que el invasivo tojo viste de esa misma tonalidad el  monte gallego gran parte del año.

 Durante la presumiblemente última campaña de C21, faroleaba sin convicción, el tercero de la lista, tratando de disipar la imagen de debilidad y desamparo político que acompaña a todo partido local, recurriendo a la épica clásica:“C 21 es un partido pequeño,  pero Alejandro el Magno conquistó Mesopotamia con un ejército de apenas 40.000 hombres”. A mayores, y en contrapartida, aducían ser un partido independiente, totalmente autónomo, “sin xefes”, “libre de ataduras” (emulando al líder de C´s), de órdenes y directrices contrarias a los intereses de la ciudadanía, sin percatarse de que esa disponibilidad de enfrentarse a las  instituciones, de ordinario innecesaria, lejos de representar ventaja alguna constituye un serio inconveniente. El vertiginoso salto cualitativo en la gestión municipal, que anunciaba el mitinero referido, y que  se produciría si gobernase C 21, necesitó, para poder ser imaginado, referirlo una secuencia  de película de ciencia ficción, la del salto instantáneo,(¡fun!), al hiperespacio, que habíamos visto en la guerra de las galaxias. Obviamente, con un discurso tan falto de "sentidiño" (el que indecorosamente se reclamaba a los votantes), tan  fantasioso  como  distante de la esfera terrestre de comprensión y de las necesidades reales de la audiencia, no cabía esperar que se consiguiesen  significativas adhesiones.


 La prisa del líder de C 21 en alcanzar los objetivos fundacionales, junto a cierto grado de inmadurez y propensión narcisista, que parecen no abandonarlo, propiciaron que se aventurase a acaudillar la moción de censura sin haber medido bien la magnitud del riesgo y la del incierto beneficio, ejerciendo temerariamente de cabeza de turco de un PP que, descabezado y sin relevos en su lista, optó por posicionarse en retaguardia. El haber accedido a la alcaldía precedido de fama de persona de brotes estrambóticos como proclamar la independencia de Tuy para convertirlo en un paraíso fiscal a semejanza de Liechtenstein; convertir en oro el remanente de tesorería; e instalar un reloj en la Casa Consistorial que mida el tiempo durante el que el Ayuntamiento está libre de deuda, no eran antecedentes de confianza. Enseguida evidenció una faceta fachendosa, exhibicionista, solo conocida por los más cercanos, al comprar una bicicleta  para moverse por Tuy, que acaparó miradas y comentarios nada complacientes, pero que parecían satisfacer por igual su deseo de notoriedad y la necesidad de hacerse conocido.

 Debió pensar que con año y medio de mandato por delante, aunque muy justo,  demostrando capacidad de trabajo y gestión, además de simpatía, tendría tiempo para hacerse popular y revertir el efecto negativo que la moción de censura había causado en la ciudadanía, fastidiosamente visible en los rostros de la gente con la que se cruzaba en la calle durante los primeros meses en el cargo. Francamente, puso mucho empeño y esfuerzo. Pero cometió errores importantes, algunos achacables a su característico egocentrismo, que han impedido que fructificase la ardua y bien encaminada labor desarrollada. El mayor, dejando a un lado la moción de censura, el empecinarse en gobernar en minoría cuando pudo disponer de mayoría absoluta. Un capricho caro  sin sostén firme, ya que su “principio ético” de no aceptar como coaligados a personas que hubiesen formado parte de gobiernos del exalcalde Rocha, quedó en entredicho al aceptar a uno de ellos como primer teniente de alcalde.

Solo quien se tiene en demasiada estima se puede creer capaz de  enfrentarse a una oposición enrabietada en extremo y decididamente resuelta a bloquear, sin pudor alguno, cualquier iniciativa por más interesante y beneficiosa que resultase  para el municipio, confiada en que la ciudadanía no se lo reprocharía porque entiende, aunque mal, que el cometido de toda oposición es oponerse.

Derrotado física y anímicamente por el contundente fracaso tras haber apostado muy fuerte, la renuncia al acta de concejal solo cabe entenderla como el certificado anticipado de defunción política de su líder y de C 21, que, por no dejar el escaño vacío, y así facilitarle las cosas a su verdugo, mantendrá encendida, a través de un dócil y resignado tercero, una mortecina y vacilante vela  en la Corporación  hasta el final definitivo.

                          José Antonio Quiroga Quiroga

 

5 comentarios:

  1. Siendo cierto lo que comentas, creo que Padín sufrió una campaña de acoso, difamación y ridiculización de lo más indecente.

    Ahora lo mejor que puede hacer C21 es desaparecer. Es un partido que no aporta nada más que confusión a la vida política en Tui.

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    1. Estoy de acuerdo en que ha sufrido un acoso obsceno e inmerecido. El sentido de democracia todavía no ha sido asimilado por la mayoría.Los partidos pequeños, por lo general, están condenados a desaparecer. La "asesora", que parece que fue contratada para parar los golpes personales en las redes sociales, pues no tiene capacidad ni experiencia para asesorar políticamente, fue otro error del líder de C21, que peca de cierto sentimiento de clase en cuanto que, para darse categoría, le gusta rodearse de servidores.

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    2. Coincido en la mala imagen que ha dado su asesora, aunque me cuesta más calibrar cuál pudo ser su impacto en votos. Sí creo que acrecentó la antipatía hacia Padín y afianzó más a sus detractores sin ganar a cambio otros tantos

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  2. Siendo todo cierto, se le debe agradecer a su "asesora" todo el mal trabajo realizado. Y viendo los demas cadaveres politicos que llevaba en la lista, era de esperar que no saliera nada bueno de ahi.

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  3. Los resultados de las elecciones no sólo dejan el cadáver político del Sr.Padín, si no también el del propio PP incapaz de detener esa sangría de pérdida de votos y, cómo Rocha en el año 2015, los votantes del partido siguen esperando algún tipo de explicación de éste descalabro cómo es la pérdida de 6 o 7 concejales en 8 años. Ni el "padrino" y Diputado autonómico, ni su cuñado y candidato, han salido al ruedo para dar la cara. Sin duda, la moción fue un error de terribles consecuencias para el centro derecha. La decisión del Sr.Padín de alguna forma le honra al "dar la cara" ante sus nefastos resultados. Al menos él si otorga su "mea culpa".

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