domingo, 29 de agosto de 2021

Alcalde obcecado en peatonalizar el centro de Tuy

La peatonalización se ha convertido en el referente urbanístico a copiar por todos los regidores de poblaciones, al margen del tamaño y estructura urbana de las mismas. Por imperativo de la moda,  todo alcalde que se precie, se siente obligado  a acometer actuaciones de esta naturaleza y alcance, sin que, ordinariamente, medie  oportunidad, ni mayor criterio y reflexión.

Tras la indiscutida peatonalización del casco histórico de Tuy, iniciada por gobierno distinto al actual, le llegó el turno de las “humanizaciones” a la mitad sur del ámbito del Paseo de la Corredera, que trajo el desafortunado realojo en batería de los coches en la C/ Augusto Glez. Besada, con el consiguiente ahogo de perspectiva de la misma, y el  absurdo y muy contestado cambio de sentido de circulación de las calles más centrales, causa de desacostumbradas retenciones, que el regidor está empeñado en normalizar domesticando los hábitos.

Lejos de rectificar o de reconocer siquiera los errores, la inseguridad personal, que suele buscar refugio en las trincheras de la terquedad, le empuja a reafirmarse con reincidente desafío: la citada calle de Augusto Glez. Besada, también será peatonalizada; sin que se sepa cuál es la razón y utilidad de la medida, ni dónde se podrán ubicar los coches ahí aparcados. La  penuria estructural de espacios libres en el centro de Tuy, susceptibles de ser utilizados para aparcamiento, que el proyectado en el subsuelo en nada corregirá, convierte en despropósito las pretendidas peatonalizaciones, a todas luces innecesarias dada la dimensión doméstica del centro de nuestra ciudad.

                                            Vista parcial del frente al río de Ponte de Lima

Vista complementaria de la anterior

Continuación del área de aparcamiento a la izqda. del puente



El viejo modelo urbanístico separativo de vehículos por un lado y  personas por otro, fracasó porque disolvía la actividad y apagaba la animación en las zonas de implantación, salvo que se dotasen de transporte y estacionamiento por y en el subsuelo. Pero el elevado coste de este sistema no  está al alcance de las arcas públicas de ayuntamientos con poca población.

El éxito de afluencia de visitantes de cualquier localidad, atractivos turísticos y comerciales aparte, depende en gran medida de la superficie de aparcamiento disponible. Ponte de Lima, atestada de gentes en verano, es ejemplo elocuente de la incidencia positiva de la capacidad de acogida de vehículos. A ambos  laterales del impresionante puente medieval, en la zona de ribera del río, dispone  de amplia extensión de terreno de aparcamiento. El 28/08/2021 contabilicé cerca del millar de coches aparcados en esta zona, con capacidad para más de mil; además de otros quinientos en el aparcamiento colindante al pabellón de exposiciones; al margen de que está permitido aparcar en determinadas calles de la ciudad. Sucede lo mismo con Valença do Minho, que junto al potente reclamo patrimonial y comercial, ofrece sobradas áreas de aparcamiento en el perímetro exterior de las murallas, e incluso intramuros de la Vila.

Aparcamiento del pabellón de exposiciones, capacidad para 500 vehículos

Calles interiores en las que se permite aparcar



No tiene sentido, pues, que en Tuy, que carece de espacio suficiente de aparcamiento para sus propios habitantes, en aras de peatonalizaciones, tan caprichosas como perjudiciales,  se reduzca el escaso disponible tratando de alejar  a los coches del centro urbano; y no solo urbanísticamente, sino también aplicando con rigor implacable la acción sancionadora a los vehículos  que, por razones varias, incumplen con la señalización.

Se dice que las ciudades van adquiriendo el espíritu de sus regidores si a estos se les concede  tiempo de mando suficiente.  En tal caso, Tuy devendrá triste, como su alcalde.

 

                       José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

 

viernes, 20 de agosto de 2021

Por qué no se eliminarán los PERI de San Bartolomé.

Por puro oportunismo electoral,  que no por razones urbanísticas, los principales partidos que en 2019 optaban al gobierno de Tuy,  PSOE y PP, anunciaban en sus respectivos programas la eliminación de los PERI (Plan Especial de Reforma Interior) de San Bartolomé, dando así satisfacción a la mayoría de propietarios de terrenos afectados, descontentos ante la incapacidad de llevar adelante el desarrollo de dichas figuras de planeamiento. Anteriormente, Converxencia 21 (C21) y los socios de coalición en la moción de censura que los  aupó  al poder, ante la presión de los vecinos que exigían el cambio de los PERI por la Ordenanza 4 (semejante a la que rige los núcleos rurales),  prometieron en un pleno destinar 50.000 euros para acometer la modificación del PXOM  demandada.

El principal argumento esgrimido por ciudadanos y políticos es que tales figuras bloquean el desarrollo urbanístico de la zona, debido a la dificultad  de  constituir las Juntas de Compensación y la de asumir las cargas propias de la urbanización: demoliciones de las construcciones existentes (si las hubiere); proyectos, licencias y obras de urbanización de los viales previstos.

PERI Nº 4 de San Bartolomé (zona en color rosa)


Ortofoto PERI Nº 4

PERI Nº 5

Ortofoto PERI Nº 5

Las zonas bajo la figura PERI, son áreas más o menos extensas de terreno que carecen de frente a vía pública, lo cual, por esta circunstancia, devienen en no edificables si no se urbanizan mediante el trazado de calles; ya mediante los contestados PERI, ya bajo otra ordenanza que lleve asociado el trazado de viales.  Resulta, sin embargo, que la sustitución de los PERI (de superior edificabilidad) por la ordenanza 4 no resuelve el bloqueo edificatorio, porque esta ordenanza se aplica cuando existe previamente una red de caminos públicos, y porque,  por sí misma, no tiene capacidad de introducción de los viales necesarios; si bien la modificación específica del PXOM puede y debe determinarlos.

En el caso de que tal modificación se lleve a cabo, los vecinos de San Bartolomé, que ahora disponen de autonomía, aunque muy condicionada a su capacidad de  asociación y organización, además  de la desenvoltura económica  de cada cual, para acometer los PERI y poder edificar, pasarían a depender absolutamente de la voluntad política del  equipo de gobierno de turno de ejecutar las urbanizaciones pertinentes. Voluntad supeditada a la rentabilidad electoral y a los recursos económicos disponibles; máxime cuando no puede recuperar buena parte del dinero invertido en concepto de impuesto por plusvalía. Medida ésta populista, injusta socialmente (premia el enriquecimiento de los propietarios de terrenos convertidos en solares a costa de los impuestos de todos) y muy nociva para las arcas municipales y el desarrollo del municipio.  Es cierto que el PSOE  y En Marea, hoy en el poder con mayoría absoluta, se opusieron a la eliminación de dicho impuesto, pero es evidencia que, pudiendo, no aceptan el reto del representante de C 21, de recuperarlo (el interés político prevalece sobre el administrativo). 

 Es menos probable que  el alcalde actual lleve adelante la reclamada, y por él defendida, supresión de los PERI, que aparezcan promotores que se hagan con al menos el 51 % de los terrenos y los  desarrollen, ya que para el regidor supondría asumir directa y expresamente el compromiso, y la responsabilidad de ejecutar en tiempo las aperturas de calles y las urbanizaciones necesarias; sin posibilidad de derivarla  al Gobierno que aprobó el Planeamiento en vigor. Puede ocurrir que, a tal fin, decida modificar el PXOM, en la esperanza de que el tiempo de tramitación y aprobación consuma el de mandato restante, y salga así  del apuro. 

Pero la patata caliente, de difícil abordaje,  será para el próximo regidor que decidan las urnas.

 

                          José Antonio Quiroga Quiroga