viernes, 4 de mayo de 2018

TUY no está para venganzas


Cuando desde el público me dirigí al entonces alcalde, hoy portavoz del PSOE en la mal llamada y mal entendida Oposición, para que trasladase una pregunta a un concejal de la bancada rival, respondió que solo cabe formularlas al grupo de gobierno. Repliqué que, en todo lo fundamental, el Pleno de la Corporación es el órgano que gobierna el Ayuntamiento, y que dicho grupo gobierno lo es en cuanto cuerpo ejecutivo, es decir,  el que tiene la responsabilidad de ejecutar, o de dejar sin efecto, los acuerdos plenarios, además de corresponderle la iniciativa en la gestión, para lo cual dispone de autonomía limitada y tasada en el gasto. Se desprende, pues,  que no es de recibo ni legítimo que el público solo  pueda interpelar a los concejales del grupo de gobierno si los encuadrados en la oposición, con su voto, sobre todo si ésta dispone de mayoría, decide sobre el devenir del municipio y la vida de los residentes. 
Tampoco, en razón con la capacidad de arbitraje que tiene la oposición,  es admisible que,  en ejercicio de descarado cinismo, trate de desvincularse  de la aprobación de los  Presupuestos,  negando responsabilidad alguna en ello y trasladándola en exclusiva al equipo de gobierno, pese a que éste  aceptó la mayoría de las demandas, en particular las de más trascendencia, con pretextos  nítidamente vacuos e inconsistentes como los siguientes:
El PSOE basó su rechazo en que “son un parcheo” (sin percatarse de que llama parches a sus exigencias, y a las de los demás partidos), y  “solo hay un cumplimiento parcial de nuestras propuestas, que a estas alturas  no vale”, cual producto perecedero pasado de fecha ; el BNG: “son una serie de ocurrencias” (pero no cita ninguna); “los presupuestos no son un intercambio de cromos” (sin explicar qué entiende por cromos, y de qué intercambio se trata); Son de Tui, que exige la compra de la casa de Salomón,  que no fue aceptada  por sus compañeros cuando eran Gobierno, llama  “bajada de pantalones” a la negociación y aceptación de buena parte de las demandas.
La rabieta y el resentimiento inextinguibles de los descabalgados, que no asimilan que eran gobierno en precario expuesto a ser democraticamente reemplazado, han unido, al antes desunido cuatripartito, cual sólida piña enfurecida y ofuscada en  labor de bloquear sistemáticamente toda iniciativa del ejecutivo con el ánimo de tratar de desacreditarlo y luego destruirlo,  sin preocuparse del daño que causan al municipio, y sin percatarse de que se están apartando del comportamiento sereno y responsable  exigible a  quienes con su buen trabajo  opositan a gobernar. 
Tan es así de obstinada la labor de obstaculización, que el trascendente concurso internacional de ideas para la reordenación del tramo de frente de la ciudad con  el río Miño, desde la alameda de santo Domingo hasta el viejo puente de hierro, que cuenta con la colaboración del Colegio de Arquitectos, ha sido objeto de las más disparatadas  objeciones, que han desembocado en la devolución del mismo para posterior estudio. El representante de Son de Tui, defensor de las acostumbradas intervenciones de mero mantenimiento,  publicitadas como auténticos logros, bajo el epígrafe, “Antes y Después”,  no dudó en calificar el proyecto y al alcalde de megalómanos, al tiempo, como el resto de sus compañeros, de alertar de que con el concurso se estaba empezando la casa por el tejado (así se lo habían dicho arquitectos amigos suyos), pues antes habría que disponer del parecer de los organismos sectoriales con competencias en el ámbito de actuación: Costas, Medio Ambiente, Patrimonio, etc.  El resinoso Capón Rey, que para colmo de frivolidad malévola y cateta, había propuesto que el concurso se ofreciese a los estudiantes de la escuela de arquitectura Gallaecia, de Vilanova de Cerveira,  aprendices sin título ni infraestructura profesional y económica para afrontar el envite,  amenazó con que su postura sería invariable si la alcaldía volvía a presentar el concurso al pleno si antes no convocaba a los representantes de dichos organismos.
No solo ya se cuestionó el conocimiento y capacidad históricas del Colegio de Arquitectos en estos menesteres, anteponiendo y haciendo prevalecer la supuesta opinión de desconocidos arquitectos, sino que, absurdamente pero con inusitada vehemencia, se afirmaba que dichos organismos tenían que venir a Tuy y pronunciarse ante la sola y desnuda idea de tratar de hermosear  el tramo de río colindante con la ciudad, como si se tratase, en sí misma, de algo aberrante y, por tanto, prácticamente inaceptable,  sin disponer siquiera de un documento básico, boceto o anteproyecto, sobre el que poder  fundamentar las correcciones necesarias. Pero resulta, además,  como los dictámenes de los organismos sectoriales no los emiten los delegados provinciales, ni nadie en particular, sino la Comisión de expertos al efecto,  no tiene ningún sentido que se desplacen a Tuy las respectivas Comisiones para dictaminar sobre lo que no tiene cuerpo, forma ni apariencia. Tal ridículo, afortunadamente, no se va a producir, porque dichos organismos no se van a prestar a ello. Ingenieros y arquitectos saben que el orden de las cosas es, redactar el anteproyecto o proyecto, que  luego será enviado por la Administración en concreto a, por ejemplo,  Patrimonio, Costas, Carreteras, etc. y, a la vista de los dictámenes, subsanar lo que proceda.


Respecto del díscolo concejal entrante José Prada, que acaba de renunciar a la militancia del PP,  procede poner de relieve que se apropió del acta de concejal que obtuvo gracias al paraguas de dicho partido, pero que moralmente no le pertenece, pues desde que encabezó, infructuosamente, en abril de 2011 la lista del Partido Galeguista Demócrata ( “muchísimas personas nos animan a presentarnos por dignidad, honradez y honestidad”) no tuvo oportunidad de mejorar su imagen como político, es decir, en razón al resultado cero obtenido, se concluye que por sí mismo  no reuniría votos suficientes para ser elegido. Desobedeció al partido que lo acogió no permitiendo que corriese la lista, a sabiendas de que  no iba a ser aceptado en el Gobierno  porque estaba señalado en el pacto de limpieza. ¿Qué pretendía hacer, pues, entrando en la Corporación? Dice que hará lo que le dicte su conciencia. La conciencia, que unas veces dicta y las más solo se remueve, no es otra cosa que la estructura moral de cada particular. De momento, lo que su conciencia le ha dictado o sugerido no tiene nada de positivo para Tuy.
En cuanto al sorpresivo y desconcertante concejal en el Gobierno, Andrés Urseira, le sugiero que sea leal al compromiso adquirido, y que desempeñe con la máxima brillantez que sea capaz las delegaciones que tiene a su cargo, pues ello redundará en  beneficio propio como persona seria, fiable y capaz, y en réditos electorales cuando se presente por el partido naranja C,s.
Si Tuy no se desprende de determinados personajoides políticos, seguirá sumido en la lamentable decadencia que no cesa.

                            José Antonio Quiroga Quiroga


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