sábado, 11 de febrero de 2017

Poner en valor


 

Poner en valor significa  devolverle a las cosas el valor original perdido. Como la causa de pérdida de valor de los objetos materiales se debe mayormente al deterioro físico, si bien en términos de utilidad o de prestaciones, dicha pérdida  puede producirse por obsolescencia,  poner en valor un bien material frecuentemente comporta restituir la integridad  del mismo. Este concepto referido al patrimonio histórico-artístico entraña necesariamente obras de restauración o de rehabilitación.

 Sin embargo, en boca de políticos, esta moderna como socorrida expresión,  galopa frívolamente desbocada a lomos de la demagogia, cuando no del desconocimiento de su significado y alcance, a mayor gloria personal del ilustre vocero.

Así vemos como en Tuy se convoca a la prensa en la Oficina de Turismo con ocasión de la exposición de unas fotografías antiguas del casco histórico, proclamando, con satisfacción incontenida, que con tal iniciativa se pone en valor el patrimonio tudense. Declaraciones semejantes pronuncian solemnemente los prebostes de esta milenaria ciudad cada vez que se celebra un festejo en el casco viejo, o con motivo de la  colocación de señales ilustrativas de los espacios e inmuebles en dicho recinto; cuando en realidad con tales acontecimientos no se consigue más que discretísima publicidad, en el primer caso, y orientación  y breve referencia histórica, en el segundo. Pero el colmo del extravío conceptual,  y del afán de  dotar a la acción municipal de la trascendencia que no tiene (no puedo por menos que remitirme a la penosa estrategia publicitaria “Antes y después”, copiada torpemente del programa televisivo de bricolaje y jardinería Decogarden), quedaron plasmados en las líneas de la crónica de un conocido periódico provincial: con la peatonalización paulatina del casco histórico “comenzará un proceso de puesta en valor del peatón dentro del casco viejo tudense que el Concello lleva diseñando desde hace años y que en pocas semanas será realidad”.

El proceso de revalorización del peatón en el casco histórico de Tuy elevará, sin duda, la autoestima del mismo, a la vez que aumentará su seguridad frente a los vehículos, pues buen cuidado tendrán los conductores en no atropellar a ninguno ya que ahora la indemnización correspondiente les saldría por un pico; pero, en contrapartida, también les saldrá más cara a los peatones la póliza de seguro de vida dado su incremento de valor como persona.

Como hasta la fecha sus pleclaras señorías no han hecho nada por poner en valor el casco histórico de Tuy, al menos que no devalúen el lenguaje y las palabras utilizándolas impropiamente.

 

                                   José Antonio Quiroga Quiroga

   

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario