Poner en
valor significa devolverle a las cosas el
valor original perdido. Como la causa de pérdida de valor de los objetos
materiales se debe mayormente al deterioro físico, si bien en términos de
utilidad o de prestaciones, dicha pérdida puede producirse por obsolescencia, poner en valor un bien material frecuentemente
comporta restituir la integridad del
mismo. Este concepto referido al patrimonio histórico-artístico entraña necesariamente
obras de restauración o de rehabilitación.
Sin embargo, en boca de políticos, esta
moderna como socorrida expresión, galopa
frívolamente desbocada a lomos de la demagogia, cuando no del desconocimiento
de su significado y alcance, a mayor gloria personal del ilustre vocero.
Así vemos
como en Tuy se convoca a la prensa en la Oficina de Turismo con ocasión de la
exposición de unas fotografías antiguas del casco histórico, proclamando, con
satisfacción incontenida, que con tal iniciativa se pone en valor el patrimonio
tudense. Declaraciones semejantes pronuncian solemnemente los prebostes de esta
milenaria ciudad cada vez que se celebra un festejo en el casco viejo, o con
motivo de la colocación de señales
ilustrativas de los espacios e inmuebles en dicho recinto; cuando en realidad con
tales acontecimientos no se consigue más que discretísima publicidad, en el
primer caso, y orientación y breve
referencia histórica, en el segundo. Pero el colmo del extravío conceptual, y del afán de dotar a la acción municipal de la
trascendencia que no tiene (no puedo por menos que remitirme a la penosa estrategia
publicitaria “Antes y después”, copiada torpemente del programa televisivo de bricolaje
y jardinería Decogarden), quedaron plasmados en las líneas de la crónica de un
conocido periódico provincial: con la peatonalización paulatina del casco
histórico “comenzará un proceso de
puesta en valor del peatón dentro
del casco viejo tudense que el Concello lleva diseñando desde hace años y que
en pocas semanas será realidad”.
El proceso de
revalorización del peatón en el casco histórico de Tuy elevará, sin duda, la
autoestima del mismo, a la vez que aumentará su seguridad frente a los
vehículos, pues buen cuidado tendrán los conductores en no atropellar a ninguno
ya que ahora la indemnización correspondiente les saldría por un pico; pero, en
contrapartida, también les saldrá más cara a los peatones la póliza de seguro
de vida dado su incremento de valor como persona.
Como hasta la
fecha sus pleclaras señorías no han hecho nada por poner en valor el casco
histórico de Tuy, al menos que no devalúen el lenguaje y las palabras utilizándolas
impropiamente.
José Antonio
Quiroga Quiroga
No hay comentarios:
Publicar un comentario