viernes, 6 de enero de 2017

Dar la Nota


 

El gobierno municipal de Tuy pretende dar la nota, no solo en Galicia sino en Europa, con el lujo cultural y económico de la creación de una orquesta sinfónica, tocando la tecla del viejo orgullo latente, que aguarda  su rescate,  de un pueblo que ha sido mucho históricamente y que sueña con volver a ser. En palabras del alcalde, “sería  la  sexta de Galicia, y la primera de Europa de una Eurociudad, que no es asunto menor”; como, en expresión de Rajoy, la cerámica de Talavera, que es asunto mayor.

Y tanto para la pequeña capacidad presupuestaria de un ayuntamiento de menos de 20.000 habitantes. Si ya  chirrían las arcas municipales cada vez  que se abren para  sacar 300.000 euros anuales para un conservatorio sobredimensionado, con razón se resentirán sus fondos para atender el coste de una orquesta sinfónica. Por lo pronto,  Valença no está interesada en una “Eurosinfónica”. Algo parecido a pretender que el Tyde club de futbol milite en primera división. Le sucedería como al Compostela, que se quedó en el “Compos” de tercera categoría al faltarle la tela. A mayores del prestigio que ello supondría para Tuy, el alcalde justifica su creación “porque, como los estudiantes pagan sus tasas, hay que darles salida profesional”. Ningún centro de enseñanza, público o privado, universidad incluida, contempla entre sus deberes la obligación de ofrecer empleo a sus titulados.

Ensayo previo al estreno oficial de la Orquesta Sinfónica de Tuy

             Se da el “cante” de pecho, en do mayor, no ya equiparándose con las grandes ciudades de Galicia, sino presumiendo de ser referencia en  materia de programación teatral y,  ahora también, musical, máxime si se repara  en que la Banda de Música de Tuy, al contrario del formato tradicional de los ayuntamientos pequeños, y de su propia trayectoria, no es municipal sino Popular. Y se hace el falsete  cuando se le  niega  a ésta  y a la Coral Tudense el auditorio del Área Panorámica para el concierto de fin de año, que tuvo que celebrarse en la iglesia de San Francisco, con la ausencia del alcalde, y la concejala de cultura y el tiranosauro escondidos en la planta alta destinada al coro, el equivalente al gallinero de cines y teatros,  alegando que no había dinero para pagar al personal encargado de  facilitar dicho auditorio, pero si lo hubo,  p.e., para una demostración nocturna de flyboard en el río Miño.
           Puestos a dar notas, el alcalde dio la disonante en su alocución como invitado de honor a la cena del 135 aniversario de la Banda de Musica,  al menospreciar al director de la misma deseando “que la banda tenga pronto un nuevo director”.

Los tudenses somos testigos desconcertados ante la contradicción existente entre   la queja constante de falta de dinero, para inversiones en infraestructuras (40.000 euros se presupuestaron en 2016 a este fin) y para atender servicios básicos (actualmente  es noticia la queja de la policía municipal de falta de personal y  precariedad de equipos e instalaciones), y la prodigalidad de gasto en fastos y la creación de una orquesta sinfónica, muy defendible en cuanto excelencia cultural, pero fuera del alcance de lo razonable económicamente. Como referencia a la que atenernos en cuanto a tomar conciencia de la dimensión y capacidad del ayuntamiento de Tuy, y a  propósito de la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera en las entidades Locales,  utilizada como escudo de conveniencia por el gobierno municipal, conviene reparar en que la Ley  Reguladora de las Bases de Régimen Local determina, sin perjuicio de que, en principio, todo municipio puede promover toda clase de actividades y prestar cuántos servicios públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal, qué servicios deben prestar los ayuntamientos en función del número de habitantes. Que, para las categorías de menos y de más de 5.000  habitantes, e inferiores a 20.000, son muy básicos.

La insostenibilidad del actual conservatorio era  criterio que compartían el Gobierno anterior  y la Oposición, hoy en el poder.  Sin embargo, el actual abraza con entusiasmo lo que antes criticaba con dureza. El populismo siempre ha sido tentación en la que suelen incurrir la mayoría de políticos para mantenerse en el poder; que les  lleva a sacar los pies fuera del tiesto en su afán  de ampliar su campo de acción y ser noticia casi a diario en los medios de comunicación. Tratan de contentar a las masas con subvenciones y entretenimiento y desatienden lo fundamental, que posibilita el desarrollo y la prosperidad. No hay más que ver el estado de letargo al que Tuy parece condenado.

 

                          José Antonio Quiroga Quiroga 

 

 

 

 

1 comentario: