La conducta del oponente no es referencia que justifique la propia. El gobernante que rehúsa rendir cuentas amparándose en la supuesta falta de autoridad moral del político interpelante, parece no saber que a éste le asiste legítimamente la indiscutible e irreprochable autoridad representativa otorgada por electorado.
Rápidos aprendiendo:
El tiranosauro dijo e una ocasión en la radio municipal que el actual grupo de gobierno tiene la cualidad de que: “aprende muy rápido”. Sin embargo, se eterniza en el estudio de los problemas. El concejal de tráfico (se sobreentiende que del rodado), que recuerda a la exconcejala de Educación de Vigo, Maite Fernández, apodada “estamosenello”( esta era la respuesta que daba cuando se le preguntaba por un viejo asunto), porque, después de cinco meses de la implantación de la controvertida medida del sentido único en la calle Obispo Salvado (Riomuiños), responde a los afectados y concejales interesados con el estribillo: “seguimos estudiándolo”.
Oposición que torpedea:
Tras ser rechazadas plenariamente las dos propuestas del grupo de gobierno municipal de Tuy: ampliación del gasto del servicio de limpieza en la cantidad de 115.000,00 euros, (más del 100% del habitual) y la ordenanza de ruidos (que comporta multas de hasta 300.000,00 euros), el alcalde, visiblemente contrariado, formuló, como colofón, una reflexión inelegante de mal encajador democrático, acusando a la oposición de torpedear la acción del gobierno.
La oposición, para suerte del grupo de gobierno, como los motores que combustionan mal, petardea más que torpedea.
Limpieza para causar buena impresión a los foráneos:
El alcalde de Tuy justificó la ampliación presupuestaria del servicio de limpieza por el carácter turístico y comercial de Tuy. Se desprende de esta declaración que la limpieza no se hace para satisfacción y confort de los residentes, sino de los visitantes. Lo natural, lógico y razonable es que los servicios se presten para bienestar de la población. El disfrute de los visitantes se obtiene por añadidura.
Cena municipal de Navidad:
El Ayuntamiento de Tuy (el grupo de Gobierno), por ser Navidad, al igual que algunas empresas privadas a sus empleados (también en esto dio un giro de 180º), reconfortó a los funcionarios con el regalo en especie de una cena (el capi es cojonudo). De haber sido en metálico quizá se hablase de soborno aunque el desembolso fuese el mismo. ¿Acaso los funcionarios no perciben una paga extra antes de la Navidad? ¿Acaso por este detalle mejora el rendimiento de los funcionarios? Estas prácticas “caritativas” o, si se prefiere, paternalistas, cuya intencionalidad no es el agradecimiento a los agasajados sino la reciprocidad diferida en forma de voto, están en desuso. No hace mucho, por estas fechas, los ministros ofrecían “un vino español” a los trabajadores de su ministerio en aras de una supuesta familiaridad laboral, pero esta trasnochada tradición protocolaria, por ficticia e improcedente presupuestariamente, afortunadamente pertenece ya al pasado.
El desconsejable uso
del infinitivo en los discursos:
No es recomendable, a riesgo de
parecer indelicado y distante, que quienes representan a una colectividad, verbigracia
los políticos, empleen en sus
alocuciones públicas el presente de
infinitivo, manifiestamente impersonal, para expresar el sentimiento del grupo
al que representan o el suyo propio. Por ejemplo, expresiones como: decir que…, manifestar que…
agradecer a…etc., en lugar de, manifestamos
que, manifiesto que… agradecemos a, agradezco a… etc., forma bastante más
afectuosa y comprometida.
José Antonio Quiroga Quiroga
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