miércoles, 10 de octubre de 2018

Demagogia obstrucionista y gamberrismo


                      

El resentimiento se parece a un contraste radiológico  que permite ver la condición de las personas. Mayormente la de aquellas que no son suficientemente nobles e inteligentes como para impedir  que se forme en el estómago de sus conciencias ese fermento ácido que los corroe interiormente, y que acaba afeando su conducta.

Esta amarga dolencia del espíritu, molesta como una úlcera gástrica incurable, afecta a los integrantes del anterior Gobierno tudense desde el mismo momento en que una moción de censura los situó en la oposición, de modo que la responsabilidad política ejercida cuando estaban en el poder se ha convertido, gracias a su particular concepto de la democracia,  en mera lucha por recuperarlo, sin que importen los medios empleados ni los perjuicios causados al municipio, y a sí mismos en forma de descrédito.

Ya no les basta, sirviéndose de su mayoría, con bloquear todo proyecto y toda acción de Gobierno, sino que también practican la insubordinación grosera  para tratar de imponerse  y así discutir  la autoridad del alcalde. El Pleno  de 27/09/2018 es registro público de tales actitudes:

Si el concurso de ideas para reordenar el frente fluvial urbano, que por cuarta vez quedó sobre la mesa por exigencias ajenas al  punto del orden del día (se trataba solo de aprobar la fuente de financiación), es, para Son de Tui, un proyecto faraónico propio de un megalómano, para los restantes partidos del sólido bloque opositor es poco ambicioso, ya que debería abarcar todo el frente fluvial del municipio, desde Areas hasta Caldelas, pese a que tal planteamiento supondría enviar a la papelera los dos proyectos de sendas del Miño, de los que tanto alardean, pues no en vano por ellos mismos fueron encargados. No es coherente exigir la elección de los técnicos concursantes y la composición de jurado por la Corporación,  como tampoco la participación de grupos ecologistas, etc., a la vez que se  presume de haber encargado a dedo proyectos, por importe de obra superior a 15 millones de euros, sin concurso,  ni participación de la Corporación sobre, al menos, la necesidad y oportunidad de los mismos (alguno con muy poco sentido como p.e. la remodelación de la C/Casal Aboy), ni tampoco la intervención de ningún grupo ecologista. ¿Es acaso decisión responsable condicionar e hipotecar a las futuras Corporaciones con proyectos que por su cuantía económica no se podrán llevar a cabo ni siquiera en el término de cuatro mandatos? ¿”Quiénes somos nosotros”, decía Capón Rey, fundamentando a mayores su rechazo a la propuesta de rebajar los impuestos del IBI e IAE, “para poner en solfa lo que la próxima Corporación va a hacer en esta materia?”.

Asimismo, si por una parte las propuestas de rebaja fiscal del IBI, del 3,22 % para las parcelas rurales, y del 5,77 %  para los bienes urbanos, y del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) son irrelevantes para la oposición, y por tanto despreciables: en el caso del IBI “un café al mes”, por otra, contradictoriamente, resulta que suponen un grave quebranto para las arcas municipales (PSOE). El argumento falso esgrimido por Capón Rey en contra de las citadas rebajas, al amparo de una ley inexistente, producto de su malévola imaginación, consiste en que a menor presión fiscal municipal (a criterio de la oposición, insignificante para los beneficiarios) menor, pero supuestamente considerable, sería la cuantía del dinero transferido por el Estado al Ayuntamiento a cargo del  PIE (Participación en los Ingresos del Estado). Huelga decir que los ingresos del Estado no participan, en  porcentaje alguno,  de las recaudaciones de los ayuntamientos. Y como no le afectan las fluctuaciones fiscales de las Administraciones Locales, no tiene sentido que el Estado tratase de condicionar la política impositiva de los regidores  penalizando las  rebajas que éstos, en función de sus prerrogativas, establezcan.

Capítulo aparte merece el portavoz del PSOE, Enrique Cabaleiro, que  responsabilizó al alcalde, en calidad de cómplice, de la situación  actual en el polígono de Areas como consecuencia de la adjudicación irregular de determinadas parcelas; de ser responsable y corresponsable por haber pactado la moción de censura con determinada persona. Tras responder el alcalde: “no me hable de irregularidades en Areas porque igual se está refiriendo a una persona que les apoyó en la aprobación de los presupuestos de 2016”, le replica el primero, con el acostumbrado tono tremendista, “usted hizo una acusación gravísima contra un exconcelleiro, que no está presente, el mismo concelleiro que posibilitó la aprobación del presupuesto, y que con su marcha posibilitó la moción de censura”, insinuando que dicho exconcellleiro se aprovechó de una situación irregular. Finalizó el portavoz del PSOE, con tono de reproche, exigiéndole al alcalde respeto, porque está faltando a la responsabilidad y al decoro institucional. Sin embargo,  dicho portavoz sí incurrió en acusación gravísima, huérfana del más mínimo sentido ético y de responsabilidad institucional cuando tildó en  un medio de prensa, de “reunión de trileros” las negociaciones para presentar una moción de censura, afirmando que las reuniones a tal fin se realizan “por intereses personales”: “si la legalización de una nave industrial está en juego para presentar la moción, equivocados están, porque es un tema que debe resolver el juzgado” ( Titular de Faro de Vigo de 28/08/2016, “El alcalde de Tui califica de “reunión de trileros el intento de moción de censura”).

En el denigrante apartado del gamberrismo practicado en las sesiones plenarias, destacan, por deméritos propios,  dos figuras protagonistas: el veterano Capón Rey (AT) y la señora Yolanda Rodríguez (PSOE), que también lo practicaba en Facebook  con perfil interpuesto. El primero acostumbra a retar al alcalde tratando de poner en entredicho su autoridad  haciendo caso omiso  a las llamadas al orden cuando interrumpe o interviene sin que le corresponda. En el referido pleno de 27/09/2018, durante el turno de Ruegos y Preguntas del público, al sentirse aludido, adelantó que “de una manera u otra intervendría”, añadiendo con prepotencia insolente de sobrado, que como el Pleno ya había concluido el alcalde no lo puede expulsar de la sala, respondería a toda alusión personal. Dicho y hecho. Sin importarle la descompostura, fuera de sí, montó una escena desagradable y deshonrosa. Debería saber Capón Rey, que si alguien perturba el orden de una sesión plenaria o de cualquier acto solemne, ya sea concejal o mero asistente, el alcalde puede ordenar el desalojo de esa persona.  
Ocasión en que  Capón Rey fue expulsado del salón de sesiones
No tardó en secundarle la insurrecta recalcitrante señora Rodríguez, que con sus continuadas impertinencias dio motivos sobrados al alcalde para levantar la sesión; si bien, a modo de despedida,  no pudo librarse de ser obsequiado por la referida con los términos de ignorante y analfabeto

Quizá no se percate esta Oposición, que no está a la altura de la dignidad exigible a todo representante público, del daño que con su comportamiento y maneras está causando a la política local y a la Institución que representan.   

 

                                      José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

 

 


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