El resentimiento
se parece a un contraste radiológico que permite ver la condición de las
personas. Mayormente la de aquellas que no son suficientemente nobles e
inteligentes como para impedir que se
forme en el estómago de sus conciencias ese fermento ácido que los corroe
interiormente, y que acaba afeando su conducta.
Esta amarga
dolencia del espíritu, molesta como una úlcera gástrica incurable, afecta a los
integrantes del anterior Gobierno tudense desde el mismo momento en que una
moción de censura los situó en la oposición, de modo que la responsabilidad
política ejercida cuando estaban en el poder se ha convertido, gracias a su
particular concepto de la democracia, en
mera lucha por recuperarlo, sin que importen los medios empleados ni los
perjuicios causados al municipio, y a sí mismos en forma de descrédito.
Ya no les
basta, sirviéndose de su mayoría, con bloquear todo proyecto y toda acción de
Gobierno, sino que también practican la insubordinación grosera para tratar de imponerse y así discutir la autoridad del alcalde. El Pleno de 27/09/2018 es registro público de tales
actitudes:
Si el
concurso de ideas para reordenar el frente fluvial urbano, que por cuarta vez
quedó sobre la mesa por exigencias ajenas al
punto del orden del día (se trataba solo de aprobar la fuente de financiación),
es, para Son de Tui, un proyecto faraónico propio de un megalómano, para los
restantes partidos del sólido bloque opositor es poco ambicioso, ya que debería
abarcar todo el frente fluvial del municipio, desde Areas hasta Caldelas, pese
a que tal planteamiento supondría enviar a la papelera los dos proyectos de
sendas del Miño, de los que tanto alardean, pues no en vano por ellos mismos fueron
encargados. No es coherente exigir la elección de los técnicos concursantes y la
composición de jurado por la Corporación, como tampoco la participación de grupos
ecologistas, etc., a la vez que se
presume de haber encargado a dedo proyectos, por importe de obra
superior a 15 millones de euros, sin concurso,
ni participación de la Corporación sobre, al menos, la necesidad y
oportunidad de los mismos (alguno con muy poco sentido como p.e. la
remodelación de la C/Casal Aboy), ni tampoco la intervención de ningún grupo
ecologista. ¿Es acaso decisión responsable condicionar e hipotecar a las
futuras Corporaciones con proyectos que por su cuantía económica no se podrán
llevar a cabo ni siquiera en el término de cuatro mandatos? ¿”Quiénes somos
nosotros”, decía Capón Rey, fundamentando a mayores su rechazo a la propuesta
de rebajar los impuestos del IBI e IAE, “para poner en solfa lo que la próxima
Corporación va a hacer en esta materia?”.
Asimismo, si
por una parte las propuestas de rebaja fiscal del IBI, del 3,22 % para las
parcelas rurales, y del 5,77 % para los
bienes urbanos, y del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) son irrelevantes
para la oposición, y por tanto despreciables: en el caso del IBI “un café al
mes”, por otra, contradictoriamente, resulta que suponen un grave quebranto
para las arcas municipales (PSOE). El argumento falso esgrimido por Capón Rey
en contra de las citadas rebajas, al amparo de una ley inexistente, producto de
su malévola imaginación, consiste en que a menor presión fiscal municipal (a
criterio de la oposición, insignificante para los beneficiarios) menor, pero supuestamente
considerable, sería la cuantía del dinero transferido por el Estado al
Ayuntamiento a cargo del PIE
(Participación en los Ingresos del Estado). Huelga decir que los ingresos del
Estado no participan, en porcentaje
alguno, de las recaudaciones de los
ayuntamientos. Y como no le afectan las fluctuaciones fiscales de las
Administraciones Locales, no tiene sentido que el Estado tratase de condicionar
la política impositiva de los regidores
penalizando las rebajas que
éstos, en función de sus prerrogativas, establezcan.
Capítulo
aparte merece el portavoz del PSOE, Enrique Cabaleiro, que responsabilizó al alcalde, en calidad de
cómplice, de la situación actual en el
polígono de Areas como consecuencia de la adjudicación irregular de determinadas
parcelas; de ser responsable y corresponsable por haber pactado la moción de
censura con determinada persona. Tras responder el alcalde: “no me hable de
irregularidades en Areas porque igual se está refiriendo a una persona que les
apoyó en la aprobación de los presupuestos de 2016”, le replica el primero, con
el acostumbrado tono tremendista, “usted hizo una acusación gravísima contra un
exconcelleiro, que no está presente, el mismo concelleiro que posibilitó la
aprobación del presupuesto, y que con su marcha posibilitó la moción de
censura”, insinuando que dicho exconcellleiro se aprovechó de una situación
irregular. Finalizó el portavoz del PSOE, con tono de reproche, exigiéndole al
alcalde respeto, porque está faltando a la responsabilidad y al decoro
institucional. Sin embargo, dicho
portavoz sí incurrió en acusación gravísima, huérfana del más mínimo sentido
ético y de responsabilidad institucional cuando tildó en un medio de prensa, de “reunión de trileros”
las negociaciones para presentar una moción de censura, afirmando que las
reuniones a tal fin se realizan “por intereses personales”: “si la legalización
de una nave industrial está en juego para presentar la moción, equivocados
están, porque es un tema que debe resolver el juzgado” ( Titular de Faro de
Vigo de 28/08/2016, “El alcalde de Tui califica de “reunión de trileros el
intento de moción de censura”).
En el denigrante
apartado del gamberrismo practicado en las sesiones plenarias, destacan, por deméritos
propios, dos figuras protagonistas: el
veterano Capón Rey (AT) y la señora Yolanda Rodríguez (PSOE), que también lo
practicaba en Facebook con perfil interpuesto.
El primero acostumbra a retar al alcalde tratando de poner en entredicho su autoridad haciendo caso omiso a las llamadas al orden cuando interrumpe o
interviene sin que le corresponda. En el referido pleno de 27/09/2018, durante
el turno de Ruegos y Preguntas del público, al sentirse aludido, adelantó que
“de una manera u otra intervendría”, añadiendo con prepotencia insolente de
sobrado, que como el Pleno ya había concluido el alcalde no lo puede expulsar
de la sala, respondería a toda alusión personal. Dicho y hecho. Sin importarle
la descompostura, fuera de sí, montó una escena desagradable y deshonrosa. Debería
saber Capón Rey, que si alguien perturba el orden de una sesión plenaria o de
cualquier acto solemne, ya sea concejal o mero asistente, el alcalde puede
ordenar el desalojo de esa persona.
Ocasión en que Capón Rey fue expulsado del salón de sesiones |
No tardó en
secundarle la insurrecta recalcitrante señora Rodríguez, que con sus continuadas
impertinencias dio motivos sobrados al alcalde para levantar la sesión; si bien,
a modo de despedida, no pudo librarse de
ser obsequiado por la referida con los términos de ignorante y analfabeto
Quizá no se
percate esta Oposición, que no está a la altura de la dignidad exigible a todo
representante público, del daño que con su comportamiento y maneras está
causando a la política local y a la Institución que representan.
José
Antonio Quiroga Quiroga
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