lunes, 12 de septiembre de 2016

Concejalía de Festejos


 En el mundo donde reina el eufemismo, si no la mentira estudiada,  no es extraño que la concejalía de cultura no responda al nombre que la define y, por el contrario, al amparo este respetable epígrafe, de cobijo,  cada vez más, a espectáculos de mero entretenimiento y alpiste para polluelos y polluelas. Dada la deriva en la que se ha instalado, lo propio sería que se denominase concejalía de festejos, como sucede en los pequeños ayuntamientos, porque no tienen recursos para ocuparse de ella, y también en los grandes,  donde saben establecer y marcar la diferencia entre ambos conceptos. Salvo meritorias excepciones, los festejos deberían limitarse a los obligados y establecidos tradicionalmente en el calendario. Fuera de ahí, lo demás es perversión e irresponsabilidad en el gasto. La misión esencial de los ayuntamientos además de la función burocrática, es la de ofrecer servicios básicos a precio de coste, y dotar el municipio de las infraestructuras necesarias que posibilitan y propician desarrollo y  progreso.

Creo que no me equivoco al decir que, al menos en Tuy, la cartera de subcultura  dispone en cada ejercicio, al margen del color del partido que gobierna, de partida presupuestaria notablemente muy superior respecto de la asignada a las demás delegaciones, pese a la mayor repercusión  en el desarrollo y el bienestar social de algunas muy concretas, verbigracia, Urbanismo y Obras. Pero, indudablemente, ninguna ofrece mayor rentabilidad electoral a corto y a medio plazo, que es el horizonte que determina las prioridades políticas, que la alegre, bullanguera y gratificante concejalía de festejos.

No es admisible, menos en tiempo de crisis económica, el gasto  que, de manera solapada, las delegaciones de Cultura, Deportes y la fantasmal Eurociudad,  semana tras semana, derrochan en entretenimientos de la más variada naturaleza. Eventos todos ellos celebrados bajo la máxima irrenunciable, casi sagrada, de animar el cotarro y estimular la movida, y la coartada de favorecer a la hostelería, que no al comercio en general.

Diríase que este gobierno, más que otros, ha cifrado su éxito, su continuidad en el poder en la fiesta,  que tan bien conecta con  el extendido sentimiento de a vivir que son cuatro días; en lo ilusorio, en la inmaterialidad de los  fuegos de artificio,  en lo que no tiene expresión material ni consecuencia aprovechable alguna, porque apenas deja rastro apreciable,  en suma, en el populismo, al que también pertenece  el intrascendente  y cacareado apartado denominado, “antes y después”.

 Como bien dijo, en expresión poética, una amiga: Tuy se va apagando bajo la deslumbrante luz de las celebraciones.

 

                              José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. En su línea de criticar y criticar. Algún día me gustaría ver que se presenta a las elecciones. Yo le votaría. Me encantaría verle en un puesto de losbqie ahora critica y comprobar que lo hace mejor que aquellos a quien con tanta insistencia tritura con sus comentarios....

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  2. En su línea de criticar y criticar. Algún día me gustaría ver que se presenta a las elecciones. Yo le votaría. Me encantaría verle en un puesto de losbqie ahora critica y comprobar que lo hace mejor que aquellos a quien con tanta insistencia tritura con sus comentarios....

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