jueves, 13 de noviembre de 2014

Ruedo ibérico


 En la arena de la corrupción política del ruedo ibérico,  todos los días se lidia una res de casta de las principales ganaderías. La feria nacional, hoy día en su apogeo, se ha convertido en espectáculo de masas. La fiesta está garantizada por cuanto participa  la popular cuadrilla de diestros, maestros todos en las artes del engaño, encabezada, como primer espada, por Mariano Rajoy, “el Rajao”; picador, Cristobal Montoro, “el Monteras”; banderillero, Luis de Guindos, “el Pavo” y los monosabios, Carlos Floriano Corrales, “el Florete de Cácere” y Dolores de Cospedal, “la Mancha Anga”, o, en diferido, “la Manga Ancha”.  El atractivo de esta colosal feria radica en el singular peligro que entraña para los figurantes enfrentarse a ganado de la propia divisa, conocedora de sus tretas y andares, además de a la exigencia del público que reclama del matador que se arrime al bulto, con el morboso deseo de que sea empitonado. Pero, ¡oh decepción! el Rajao, ajeno a los silbidos y a la bronca del respetable  rehúye cobardemente una y otra vez, y corre a protegerse tras el burladero, donde, haciendo el Tancredo a cubierto, fumará los puros necesarios hasta que el morlaco se retire a la sombra de donde ha  salido.

                              José Antonio Quiroga Quiroga

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