lunes, 9 de noviembre de 2020

El lío de las faldas en el IES Indalecio Pérez Tizón de Tuy

No es de recibo que una manipulación periodística (“no dejes que la verdad te estropee una buena noticia”) ponga en entredicho la reputación profesional del director de un IES (Instituto de Enseñanza Secundaria) de Tuy, y, de manera indirecta, se vea cuestionado el grado de desarrollo cívico de la población tudense. El domingo, 8 de noviembre, la corresponsal de Faro de Vigo para Tuy, publica una crónica titulada: “Un IES de Tui amenaza con expulsar a alumnos si van a clase con falda”, generando gran revuelo en lectores y usuarios de redes sociales, sin que  les quedase  claro  si se trata de  expulsión del centro o del aula. Comienza la gacetillera  dando a entender que  los chicos de ese instituto, “y los jóvenes de toda España”  (diferente que, jóvenes en toda España) acudieron  a clase vestidos con falda para reivindicar la igualdad de género en la indumentaria. Nada más lejos del verdadero motivo. Este movimiento de solidaridad responde, con mucho retraso, al precedente, de junio del 2017, protagonizado  por  alumnos de un colegio británico (ISCA Academy) de la localidad de Exeter, que pretendían llevar pantalones cortos en lugar de largos porque hacía mucho calor (30 grados). La directora del centro les sugirió, en tono sarcástico, que vistieran faldas ya que, al contrario que los “shorts”, no contravenían las reglas del colegio, en el que el uniforme es obligatorio. Posteriormente, cuatro alumnos acudieron a clase vestidos con falda, y al día siguiente se sumaron otros a la causa. La dirección del centro, a la vista de los acontecimientos, prometió revisar las reglas de modo que se acomodasen a las  demandas  de confort físico.

                       Escolares del ISCA Academy de Exeter (junio, 2017)

La espoleta del movimiento de solidaridad en España la activó, con relativo éxito, y sin pretenderlo, un chico de Bilbao, probablemente un rebeldillo sin más causa que la de llamar la atención de sus compañer@s dando la nota, acudiendo a clase con falda, “porque me apetecía, ya está, no hay más”, y mostrar su intrépido descaro subiendo un vídeo a la red social TikTok, territorio eminentemente de adolescentes. Preguntado sobre su actitud por un psicólogo del centro, si se debía a que se sentía mujer, respondió que no, que era un hombre,  un “tío”.

Está claro, pues, que la versión periodística de que estos jóvenes tratan de romper los roles de género tradicionales no se ajusta a la realidad, pues al día siguiente los del IES de Tuy se presentaron en pantalón corto, que era exactamente a lo que aspiraban sus colegas ingleses.  No hay tales actitudes retrógradas de imposición de género, de cisheteropatriarcado, de machismo o de LGBTfobia, como acusa alarmada  Galiza Nova do Baixo Miño, y secunda el BNG de Tuy; que no desaprovechan ninguna oportunidad para sembrar su ideología.

Choca que estas organizaciones políticas de extrema izquierda, que han desterrado la democracia interna en sus estructuras partidarias, que descabezan a los críticos, a quienes osan cuestionar a sus líderes, e imponen la disciplina de voto, pregonen vientos de libertad. De libertad de indumentaria.  Descorazona el fuego graneado a que fue sometido el director del IES de Tuy, por la legión de simples que mayormente asoman sus bocazas en Facebook. Y desconcierta la flagrante contradicción en que incurren estos políticos y feisbuqueros, ambos padres y madres de hijos que  educaron en los mismos patrones de vestir que ahora dicen combatir; pues todavía no he visto a ningún joven por la calle vestido con faldas. Todo un fracaso pedagógico.

Si algo cabe reprocharle al tiroteado director del referido instituto de Tuy, al ver comprometida su respetabilidad y retada su autoridad disciplinaria, hoy en progresivo retroceso debido al  acoso ejercido por los alumnos y respectivos padres, es el no haber sido valiente y franco en las observaciones, totalmente inconsistentes, realizadas a sus educandos.

Afortunadamente, en España se disfruta de las mismas libertades individuales que en cualquier país de la Europa desarrollada, entre ellas la libertad de atuendo, que bien entendida rige únicamente en el dominio privado-particular, pero no en los ámbitos  de soberanía de terceros, ordinariamente regulados por normas y protocolos propios, en los que no cabe dar rienda suelta al libre albedrío personal, a riesgo de no ser admitidos. En cualquier caso, la ambivalencia e intercambiabilidad, que no paridad, ni igualdad, de las prendas de vestir asociadas a ambos sexos, carece de  relevancia, no ya porque no tiene más significado que el de mero “look” sino porque no presupone ni  garantiza la igualdad esencial de derechos y de oportunidades.

Estos jóvenes reivindicadores de libertades  “prêt-à-porter”, encarnan la paradoja de rebelarse contra la pretendida imposición de género en la ropa, para, de inmediato, sucumbir gozosos ante la dictadura de la moda.

 

                              José Antonio Quiroga Quiroga

 

1 comentario:

  1. MUY BUENO TU PUNTO DE VISTA, OBJETIVO Y CON CRITERIO, OJALÁ MUCHOS PENSARAN COMO TÚ, INTELECTUALES Y PÓLITICOS, ENHORABUENA Y Y ADELANTE

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