Con el pomposo
proyecto de reurbanización de la calle Casal Aboy, cuando el término justo
sería remodelación simple, y la fantástica, por imposible, aspiración de convertir una calle estrecha en
plaza alargada y lugar de encuentro (qué mejor lugar de concurrencia social que
el centro de salud), se va a cometer un grave error de concepto y de bulto, que
puede acarrear graves consecuencias. No tiene
sentido que se estreche el vial de acceso a un centro de salud, como tampoco lo
tendría el de una estación de bomberos o a cualquier edificio que atiende
emergencias; máxime cuando se trata de calle muy dinámica y saturada de tráfico, en la que se
encuentran, un supermercado, la oficina de empleo, la escuela infantil, el
instituto de enseñanza secundaria obligatoria, y paso casi obligado para
acceder a la plaza de abastos. El futuro cambio de sentido de la circulación en la calle Casal Aboy no remedia el problema, porque el acceso a la misma desde la calle Compostela no evita que se produzcan embotellamientos en la primera y retengan a las ambulancias en la calle Orense.
Se proyecta,
pues, reducir el ancho de rodadura de
8,30 m a 3,50 m, de modo que no pueda estacionar ningún vehículo en doble fila,
pero tampoco puede circular otro en paralelo en caso de bloqueo del vial; y son
diversas las causas posibles: retenciones,
avería, colisión, etc., y ensanchar la acera izquierda de 1,75 m a 4,55 m, para
luego ocupar los 2,80 m de aumento con
jardineras, bancos monolíticos de piedra y pérgolas, de modo que quedaría el
mismo ancho de acera útil para transitar, lo cual no supone mejora alguna para el desplazamiento
de los peatones.
Calle en la que se va a construir una plaza sin derribar ningún edificio |
Si bien la
acera mencionada requiere de más ancho por el intenso tránsito que soporta,
cabe aumentarlo hasta los 3,05 m, guardando un ancho de rodadura de 5,00 m, que
posibilita, en caso de necesidad, el rebasar cualquier vehículo que obstaculice
la normal circulación, y destinando, adosado a la acera opuesta, 2,00 para el
aparcamiento en línea.
No soy
partidario de introducir en las aceras nada que reduzca el ancho disponible (en
Tuy, en las calles nuevas, existen varios ejemplos de aceras semi inutilizadas
por errores de este tipo), excepto bancos donde el ancho lo permita. Tampoco
árboles, salvo en bulevares y aceras de ancho mayor de 5,00 m, pues en las
estrechas, incluso los de desarrollo medio, acaban por invadir terrazas y
ventanas, reduciendo la entrada de luz, tapando las vistas y ofreciéndose a los
ladrones como medio para escalar hasta las viviendas.
Si ya la
ubicación del centro de salud es un error irremediable que ha cercenado la creación
de un gran espacio central ajardinado, y que funciona al margen de la legalidad
por carecer de una sola plaza de aparcamiento, ahora, para empeorar la
situación, va a sumarse otra metedura de
pata, con la diferencia respecto del centro de salud de que es subsanable; pero no gratis.
No es
necesario ser urbanista para percatarse de lo absurdo de la actuación
proyectada, pero, por lo visto, quienes se postularon para dirigir
nuestros destinos carecen de perspicacia para darse cuenta de ello. Hace pocos días, el
concejal de deportes hacía un desafortunado llamamiento a la ciudadanía
demandando de los administrados sensatez y sentido común. Como tal la petición solo
corresponde hacerla a los contribuyentes hacia los políticos, y dado que se va a acometer una obra sin sentido, aprovecho la ocasión para devolverle
el recado.
José Antonio
Quiroga Quiroga
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