sábado, 22 de agosto de 2015

Versión original (I)


                                                
            Aunque en la jerga musical suele llamarse arreglo a la variante  interpretativa de una pieza, personalmente, y como muestra de respeto, prefiero denominarla versión, porque buena parte de tales arreglos desmerecen tanto la obra original que son verdaderos desarreglos.  

Titulo, versión original, si bien es contradicción en los propios términos, pues no existe versión si no hay modificación, a este  primer ramillete  de frases desarregladas o erróneas, además de chocantes, algunas de mi invención, que he ido recogiendo del decir popular,  dado el carácter genuinamente novedoso,  a la vez que gracioso de las mismas. 

 

Alrededor de Úbeda: Hay gente que puesta a divagar, en el colmo del escapismo argumental, no es ya que se vaya por los cerros sino que por las ramas de Úbeda.

            Deprimento por Detrimento: Sin duda, todo lo que va detrimento de otro va en deprimento suyo.

 

Foro interno por Fuero interno: Por lo escuchado, parece que de entre las personas dotadas de gran dignidad,  algunas son tan especiales que en vez de tener una única conciencia (fuero interno), disponen de varios yo, de una asamblea íntima, de todo un foro interno opinante. Singulares y  afortunadas ellas, porque sus propuestas deben gozar, como sucede en los gobiernos “pluripartitos”, de mayor elaboración y contrastado debate.

 

Alquilino por Inquilino: Las cosas como son: al pan, pan, y al cabrón del alquilino del 5º, ni agua.

 

Bote sinfónico por Bote sifónico: El bote sinfónico es recipiente cilíndrico que se instala en los cuartos de baño para convertir en sinfonía los ruidos propios que ordinariamente se producen en los mismos.

 

Gases del oficio por Gajes del oficio: Eso dijo el “butanero” al escapársele un cuesco tras el esfuerzo de subir las escaleras cargado con la bombona.

 

Defectos secundarios por efectos secundarios: Como los daños colaterales (a ambos lados del principal), los mal llamados efectos secundarios, no son sino la forma atenuada de llamar, habitualmente en términos de salud, a los defectos nocivos, en absoluto secundarios, del producto.

 

Tragiversar por Tergiversar: Necesariamente, la tragiversación merece mayor reprobación que la ordinaria  tergiversación por cuanto, a mayores del trastrocamiento de los términos, introduce el acento trágico.

 

Peligro eminente por Peligro inminente: Inmediateces aparte, todo peligro merece respeto, pero si se trata de uno eminente, solo cabe rendirse.

 

Pareja de lecho por Pareja de hecho: No hay pareja de hecho sin antes haber sido pareja de lecho. Porque, del dicho al lecho, hay un gran trecho.

 

                               José Antonio Quiroga Quiroga

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