jueves, 8 de marzo de 2012

Figurantes lúdicos

            En la década de los noventa eran noticia frecuente los hermanamientos entre poblaciones por antojadizas razones de afinidad paisajística, turística o de patronazgo religioso. El más destacado paladín en hermandades transfronterizas fue el exalcalde de Ponteareas, Pepe Castro, que estableció lazos fraternos con las localidades de New Port (Inglaterra), Orotava (Tenerife), Monovar (Alicante), aunque fracasó con Tambrige Wells (Inglaterra). La propensión a la fratría, casi extinguida en estos tiempos de crisis económica y de valores, ha dado paso, debido  a la recesión espiritual, aunque tímidamente, al ánimo de estrechar lazos, inicialmente folclóricos, entre pueblos lejanos y, luego, aprovechando el contacto, o tratando de justificar el viaje, explorar posibles canales de colaboración mutua en lo que sea menester.

En esta línea de ampliar horizontes, en absoluto reñida con el disfrute turístico, una delegación oficial del Ayuntamiento de Tui, compuesta por tres miembros del grupo de gobierno y otros tres de la oposición, excepto el BNG,  se desplazó recientemente a la localidad charcutera de Versmold, en Alemania, en la que trabaja un centenar de gallegos, para devolver la visita de carácter folclórico, aunque sin reciprocidad festiva al no haber acompañamiento de gaitas, realizada el año pasado por las autoridades de esta pequeña villa. El regidor tudense, en loable iniciativa, ya que en España no se encuentra trabajo, se reunió con un representante del empresariado local para conocer si los perfiles laborales demandados en Versmold no difieren del de los parados de Tui en cuanto a destreza en manipulación de chacinas y, de estar a la altura, tratar de colocar a los que estuviesen dispuestos a emigrar. Como en Alemania también hay paro, cabe sospechar que la supuesta reserva de empleo para los parados de Tui sea a cambio de aceptar menor salario que el habitual, práctica que se aplica a los latinoamericanos en nuestro país. Puestos a buscar trabajo fuera del territorio nacional, vayan pensando los políticos en establecer oficinas de empleo, a modo de embajadas laborales, en los países emergentes, sin reparar si se trata de Laponia y hace mucho frío.

 Del cometido de los miembros de la oposición que integraban la gloriosa expedición no se tienen noticias salvo la de sumar presencia. Quizá por esa razón llevaron al solitario componente del grupo mixto, un  mocetón de 1,92 m, como digno exponente de la raza miñota. Estos reincidentes aprendices de figurantes, apasionados demandantes de austeridad, pero que dan respaldo a estas frivolidades, justifican su participación escenográfica, cuales extras de la película, alegando que cada uno pagó el billete de avión, aunque los gastos de  estancia corrieron a cargo de los contribuyentes alemanes; de la misma recíproca manera que los contribuyentes tudenses costearon los correspondientes a  los ocasionados por los homólogos comparsas alemanes.



                                                        José Antonio Quiroga Quiroga


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