domingo, 27 de noviembre de 2016

Un pleno más


                                   

El pleno de noviembre del ayuntamiento de Tui ha sido insustancial e innecesario. De los que menudean con demasiada frecuencia. Este tipo de plenos, que a veces se solapan, transmiten inoperancia. Convendría celebrarlos cada dos meses y se ahorraría quehacer burocrático improductivo. Para que el cambio sea aceptado por la oposición deberán ser, en justicia, doblemente remunerados, excepto los extraordinarios.

Pero la inoperancia no es solo aparente sino real. Prueba de ello es el superávit de más de 1,6 millones de euros correspondiente al ejercicio de 2015.  La concejala de urbanismo  y hacienda trató de ocultar la parálisis ejecutiva declarando a la prensa que tal cantidad de debe “fundamentalmente a la recaudación ejecutiva de urbanismo (multas por infracciones urbanísticas) y a la recaudación por el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras, que ha sido el doble de los 38.000 euros  presupuestados. ¿Qué furor sancionador  consigue que se recauden 1,6 millones de euros a mayores?

  A una pregunta de la oposición por este respecto, que aludía también al remanente de tesorería, la concejala,  resueltamente dispuesta con el gesto y talante que le caracteriza: barbilla elevada en actitud retadora, suficiencia insolente clarificadora de obviedades elevadas a categoría de altos saberes,  y voz clara afectada de molesto retintín  de enteradilla que te está leyendo la cartilla, rasgos todos que configuran ese carácter dominante que tantos roces ocasiona en sus filas, contestó de manera vulgar y despectiva: “usted confunde la velocidad con el tocino”. En esta ocasión,  abandonó  el argumento transmitido a la prensa y  basó el superávit en la buena gestión del grupo de gobierno.  Descartados por irrelevantes los ingresos citados, el superávit solo puede provenir de los conceptos siguientes: impuestos, subida de tasas, que aprobó este gobierno, pese a que la bajada de las mismas era la fraudulenta estrella del programa electoral de uno de los miembros del cuatripartito, y al excedente (lo no gastado), de lo presupuestado, que la concejala presenta como ejemplo de gestión; si bien a este gobierno, para bien o para mal, solo es responsable del 55 % del ejercicio de 2015, ya que tomó posesión a mediados de junio de este año.

 No gastar lo presupuestado evidencia gestión deficiente, cimentada en la carencia de ideas y proyectos, que en nada contribuye a la creación de empleo en el municipio. Y desbarata el repetido lamento de que la Regla de Gasto, impuesta por el Estado, impide aprobar presupuestos de mayor cuantía que posibilitarían mayores realizaciones.  Este gobierno, lamentablemente, se va pareciendo cada vez más a los anteriores a fuerza de transitar por los mismos caminos y de adoptar iguales maneras: presume  de superávit y de disponer de un sustancioso remanente de tesorería (5,7 millones) que, lejos de revertir en beneficio de los contribuyentes,  únicamente opera en favor de la banca.

Los plenos vacíos de contenido de alcance, se reducen al morbo del último punto del Orden del día: Ruegos y Preguntas; si bien la  oposición acostumbra a decepcionar por su cortedad de planteamientos. En esta ocasión se formuló una pregunta, en principio interesante, pero carente de profundidad, acerca de la situación administrativa de la peatonalización del casco histórico y del Plan Especial (PEPCH) de dicho ámbito. La prometida peatonalización para noviembre de 2015: “non pudo ser”, sigue sin materializarse un año después de la fecha prevista. Y  el PEPCH, que se esperaba que estuviese aprobado en Junio, todavía está pendiente del informe de los técnicos municipales. El proceso indica que no se expondrá al publico para que la ciudadanía pueda hacer alegaciones; sin embargo la ley dice que es obligado cuando un plan experimenta una transformación sustancial, y el anterior fue rechazado de plano por Patrimonio con una enmienda a la totalidad. Dado que la titular de la delegación parece desconocer la orientación  que debe dársele  a este importante documento, de ahí que la redacción del mismo se dejó en manos del equipo redactor  y de las exigencias de Patrimonio,  el ponente replicó que las condiciones de habitabilidad de las viviendas hay que pelearlas con Patrimonio. Ante la demora que tal pelea conllevaría en la aprobación del PEPCH, irrumpió imperativa la voz del tiranosauro: “más vale un mal plan que ninguno”, como si no existiesen otras alternativas que la de mínimos.

El casco histórico es, en el plano urbanístico y simbólico, lo más preciado que tiene Tuy. Es su seña de identidad y foco de atracción turística. En materia tan sensible no caben prisas  Las nuevas corrientes en recuperación de cascos históricos señalan a la despoblación como el principal enemigo. Si no se ofrecen ciertos parámetros de confort a los residentes, solo cabe esperar que,  con el tiempo, la despoblación vaya en aumento, y con ella su ruina.

Como los recortes en democracia de este gobierno afectaron al turno de ruegos y preguntas del público, reducido a una sola intervención, ruego o pregunta, formulo un encarecido ruego a la oposición: absténganse de justificarse en los plenos  alertando de deterioros menores  en el firme y mobiliario urbano y eleven el punto de mira  de las inquietudes.

 

                              José Antonio Quiroga Quiroga